Los médicos de Atención Primaria se implican en la respuesta ante la violencia de género pero advierten que las condiciones de trabajo que soportan frenan sus posibilidades de actuación. Esta es una de las conclusiones del estudio ‘Atributos de Atención Primaria en respuesta a la violencia de compañero íntimo en España’ que ha difundido la Asociación Andrés Laguna para la Promoción de las Ciencias de la Salud en su página web coincidiendo con el Día de la Mujer.
El estudio ha sido realizado por un equipo multidisciplinar de las universidades de Umea (Suecia), Alicante, Autónoma de Madrid y Lleida, en el que participa la segoviana Laura Otero, miembro de la citada Asociación Andrés Laguna. Según la profesora e investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, Laura Otero, que integra el Consejo de Salud del Ayuntamiento de Segovia, el estudio muestra que existe una brecha entre las características teóricas de la Atención Primaria y la “realidad”, que tiene una influencia negativa en cómo se responde a la violencia de género. Los profesionales de la salud perciben que por sus singularidades la Atención Primaria puede dar una respuesta completa al problema de violencia de género, y muestran su implicación en este camino, si bien, advierten que la situación actual del sistema de salud, devenida de la crisis y de las medidas de austeridad adoptadas no son propicias. “Con el fin de implementar respuestas más adecuadas los sistemas de salud deberían de fortalecer de manera real las características propias de la Atención Primaria”, apunta Laura Otero.
Los investigadores indican que la violencia contra las mujeres por parte de sus exparejas o parejas -hombres- es un complejo problema de salud pública que afecta de forma seria a nuestra sociedad y que debe ser abordado por administraciones y servicios públicos.
Para la realización del estudio se han llevado a cabo 160 entrevistas a profesionales sanitarios de 16 centros de atención primaria en España, entre ellos profesionales médicos de familia, pediatras, enfermeros, matronas, trabajadores sociales, entre otros. Dicen que el trabajo de salud comunitaria en el modelo de Atención Primaria actual depende en gran parte del voluntarismo, e identifican como una gran amenaza la sobrecarga de trabajo a la que se ven sometidos, debida a las medidas de austeridad aplicadas a los servicios públicos de salud. Los participantes consideraron que la atención centrada en la persona y otros atributos del enfoque de la actividad en los centros de salud y consultorios facilitaban la detección de la violencia ejercida contra las mujeres por parte de exparejas y parejas –hombres- y una mejor respuesta a este problema. Sin embargo, también reconocieron que la forma en que se gestionan actualmente los servicios sanitarios, con la citada sobrecarga de trabajo, una débil supervisión y escaso feed-back por parte de las administraciones, así como la mejorable distribución de recursos humanos y materiales, no facilita la sostenibilidad de este enfoque.
