El próximo día 6 de diciembre es la fiesta de san Nicolás de Bari y siempre me ha resultado curioso vincular este santo a personas muy queridas de mi familia, a las que, desde pequeño, veía que lunes tras lunes, de forma inequívoca, emprendían su camino hasta la iglesia de La Trinidad para cumplir con la visita semanal a su santo. Y me resultó muy curioso observar cómo esta tradición pervive, no sólo en nuestra ciudad de Segovia, sino también en otras ciudades de España. Me pasó este verano en Sevilla y hace unos días en Madrid y Valladolid, cuando paseando por sus calles me di cuenta de una cola de gente formada a las puertas de una iglesia. Al preguntar a una de las integrantes que formaban parte de la misma, me ofreció una detallada explicación del hecho y me vino ese recuerdo de infancia a mi mente.
Los llamados «Lunes de san Nicolás» o también «Caminatas de san Nicolás», son una devoción religiosa en la que, los devotos del santo van caminando, tres lunes seguidos, hasta la iglesia en la que se venera su imagen para obtener por su intercesión alguna gracia especial. En el caso de nuestra ciudad, la iglesia de la Santísima Trinidad es la depositaria de esta tradición en la que, lunes tras lunes, los devotos visitan a san Nicolás, cuya imagen está situada en una capilla lateral fundada por la familia de los Campo. Según cuenta la tradición había en Pátara (Turquía), un hombre rico venido a menos que tenía tres hijas muy hermosas a las que no podía casar por falta de dote. Y el hombre fue tan ruin que maquinó el prostituir a sus bellas hijas para obtener dinero. Al enterarse San Nicolás de este hecho, se dirigió en el silencio de la noche hasta la casa donde habitaban el padre y las hijas, arrojando por la ventana de la habitación del padre una bolsa de oro, retirándose sin ser oído. Al día siguiente el padre, al contar con dinero suficiente para dote de una de las muchachas, abandonó su malvada idea y destinó aquel oro a dotar a una de las muchachas, que inmediatamente se casó. El Santo, al advertir el excelente fruto conseguido, repitió su excursión nocturna y dejó otra bolsa, que constituyó la dote de la segunda de las jóvenes. Nicolás repitió el donativo por tercera vez, pero en esta ocasión fue sorprendido por el padre, que, arrepentido ya de sus malos pensamientos, se explayó en manifestaciones de gratitud y de piedad. Por él se supo lo ocurrido y que había sido San Nicolás el generoso donante. Como la tradición quiere que las tres veces que el Santo dejó la bolsa ocurriera en lunes, en esto se funda la devoción de los tres lunes de San Nicolás.
Por este hecho, popularmente se le reconoce como patrón de la infancia, protector de la familia, abogado en la pobreza, así como en situaciones de necesidad económica. En recuerdo de aquel hecho los fieles, desde tiempo inmemorial, visitan tres lunes seguidos a San Nicolás para pedir por cualquier necesidad familiar o en acción de gracias. El realizar la visita a pie, sería lo normal a no ser que se le diera un carácter penitencial, pues muchos realizan esa caminata en silencio o también como promesa que se ofrece a Dios, rezando y pensando en la intención por la que se va a pedir a San Nicolás. De esta forma muchas personas encuentran un fortalecimiento de su fe a través de la oración. Por otro lado, el hecho de caminar, y, en definitiva, la peregrinación, es un signo que, en la tradición cristiana, simboliza la peregrinación humana por esta vida hacia el encuentro con Dios en la patria del Cielo.
La iglesia de la Santísima Trinidad de Segovia facilita esta visita cada lunes, ampliando el horario de apertura del templo tanto por la mañana como por la tarde, siendo admirable observar el goteo constante de gente, que hasta allí acuden.
Desde el siglo XII la ciudad de Segovia contó con un templo dedicado a San Nicolás. El culto se mantuvo hasta la segunda mitad del siglo XIX, en que fue desacralizada. En el año 1912 el retablo barroco clasicista que presidia el ábside, se trasladó a la capilla del Santísimo de la Catedral, que recientemente lo ha restaurado, mientras que la bella imagen del santo obispo, fue trasladada a la iglesia de la Santísima Trinidad, por estar en su demarcación parroquial. Actualmente la iglesia de san Nicolás es propiedad del Ayuntamiento de Segovia y en ella se ha disfrutado muchos años de magníficas obras de teatro dirigidas por el taller municipal que tenía allí su sede. Recientemente se ha sabido que esta iglesia va a ser destinada como punto de información del románico segoviano.
La devoción a san Nicolás no se limita exclusivamente a este templo, en la iglesia de santa Eulalia también se promueve este culto. Y en la provincia de Segovia son varios los pueblos en los que el titular del templo parroquial es san Nicolás de Bari, a saber, Collado Hermoso, Escobar de Polendos, Fresno de Cantespino, Fuentepiñel, Marugán, Navas de San Antonio, Pascuales, Pinarnegrillo, Riahuelas, Torrecaballeros y Villoslada. En todos ellos celebran con devoción su fiesta y conservan bellas imágenes, tanto escultóricas como pictóricas del santo. Asimismo, se tiene constancia de varias ermitas dedicadas a san Nicolás, que hoy están en ruinas en las villas y municipios de Ayllón, Orejanilla, Sebulcor y Coca, aunque esta última no debiera ser catalogada como ermita, pues fue templo parroquial hasta 1715 y conserva una bella torre mudéjar que es Monumento Nacional.