Esta pasada semana el país y el mundo recibían una de esas noticias que apagan un poco el panorama de la cultura del color y el dibujo; Enrique Ventura, genio dibujante y viñetista, fallecía en la madrugada del domingo al lunes dejando un hueco en este sector, tan imborrable como su huella. Dejaba sus lápices a los 78 años, como daba a conocer el sello Evolution de la editorial Panini, donde el dibujante publicó algunos de sus cómics como ‘Catódicos e integrados’. El noveno arte lo ha recordado durante toda la semana por sus joyas en forma de viñetas, su inconfundible estilo y humor que marcaron una época y permanecieron impertérritos durante décadas. Madrileño de nacimiento. Ventura no se puede recordar sin la figura de su primo Miguel Ángel Nieto, fallecido en 1995. Juntos crearon un dúo icónico del humor gráfico español, que comenzó a publicarse hace más de medio siglo.

A principios de los 70, los primos revolucionaron el mundo del tebeo español con series que muchos recordarán, como ‘Es que van como locos’, ‘Maremagnum’, o ‘Histerias indecentes de la tele’. El marco de algunas de ellas fue otro icono, la revista El Jueves; fue en ella donde debutó la serie por la que el viñetista fue más conocido. En su número 85 y sin interrupción hasta hace bien poco, los amantes del dibujo y el humor podían leer y disfrutar de ‘Grouñidos en el desierto’, con el inconfundible bigote de Groucho Marx como protagonista. Ventura iba para arquitecto y su primo para médico, pero a la vez frenaron sus carreras para dedicarse a las de técnico en publicidad y a este arte que tanto les aportó en vida. Ambos publicaron también el cómic ‘Sam y la morsa’ (1971) en la revista infantil Molinete. Al año siguiente ficharon por la revista Trinca para la que realizaron la historieta muda ‘King Tongo’. Los dos autores colaboraron durante veinticinco años en esta serie de Grouñidos, hasta la prematura muerte del guionista Nieto; comenzaron en el 79. Tras el fallecimiento y en su recuerdo, Enrique Ventura siguió firmando sus trabajos como Ventura & Nieto. A partir de 2013 hasta 2016, el guionista fue el bisnieto de Ventura, Ion Arretxe, también fallecido prematuramente en 2017, que firmaba precisamente con el seudónimo de Bisnieto. Los entendidos y el público que tanto los aclamó asegura que la calidad no se perdió un ápice en estos relevos.

La dialéctica tan lograda del personaje es tan característica de cada viñeta que no alcanzaban limitaciones en el uso de un humor surrealista. Grouñidos en el desierto se ha convertido en una serie entrañable para la mayoría de los lectores de El Jueves. Groucho era un habitual personaje en muchas de sus historias previas, hasta que recibieron la llamada de Jordi Ginés, por entonces director de El Jueves, para proponerles que volcaran su pasión por él en una serie solo para uno de los bigotes más famosos de la historia. Así nacía Julius, el personaje surrealista con gran parecido a Groucho. Con ella demostraban un estilo de trabajo depurado de humor inteligente, surrealista y satírico con la genialidad de no caer nunca en la repetición. “Entonces hicimos una historieta en la que preguntábamos a Groucho si quería ser el protagonista y nos dijo que sí, pero siempre que pudiera ser el malo”, aseguraba Ventura en una entrevista hace años hablando sobre cómo comenzó esta serie. En otra entrevista, en 2015, confesaba que tanto su primo como él eran, por la época de los 70, unos adictos a la televisión, con unos recuerdos muy agradables. Afirmaba que para estar al día había que ver la televisión, y que casi todo el mundo veía las mismas series y programas, lo que les hacía más fácil las parodias. “Ahora ya lo hemos visto todo”, confesaba por entonces, plantenado la duda de qué diría ahora. Por entonces, a televisión impactaba y sorprendía, como él mismo reconocía.

Durante todos esos años la alternaron con otras obras de carácter institucional como ‘La fantasía viaja en Metro’ o ‘La Central Térmica’, ‘Los barrios’; series como ‘Sonrisas’ en la revista Rambla o ‘10 Go to Magic’ en Rumbo Sur. Estas no son las únicas revistas en la que publican sus trabajos en España ya que también vemos sus páginas en El Cuervo, Barrabás, Butifarra!, Titánic, Alien Dossiers, Penthouse, Cairo, Cimoc o TBO’. No se quedaron solo en el panorama nacional, ya que aparecieron en otras extranjeras como Pilote, Fluide Glacial, Virus, Alterlinus o Totem, entre otras.
Tras la muerte de Nieto, Ventura comenzó a trabajar en solitario y en 1997 inició su viñeta diaria en el periódico La Vanguardia, una colaboración que se prolongaría hasta 2012. Ese mismo 1997 recibió de forma merecida el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona.La trayectoria impoluta de Ventura, acompañado o en solitario, es ahora parte de la historia gráfica de este país; por suerte, las viñetas nunca pasarán de moda, al igual que su humor. Sus mayores seguidores hablan de su estilo único, su mirada lúcida y trazo reconocible, que han marcado a generaciones completas que esta semana han sentido su pérdida, a sabiendas de que su arte permanecerá siempre intacto.

