Cuando juegas un partido tan cerrado como el que jugó la Segoviana frente al Guadalajara, cobran importancia capital aquellos jugadores que son difícilmente detectables para la defensa rival. Y en el invernal encuentro de fútbol que presenciaron 917 valientes en La Albuera, los indetectables para la casi inexpugnable defensa alcarreña fueron los dos centrales gimnásticos, Abel Pascual y Sergi Molina, protagonistas de los dos goles del conjunto local cuando el duelo enfilaba sus minutos decisivos.
El viento que durante todo el día sopló con fuerza sobre la ciudad favoreció a la Segoviana en una primera parte en la que el Guadalajara demostró su buen momento tratando de controlar el partido a través de la posesión primero, y de una presión alta después, algo que también pretendía hacer el conjunto azulgrana, por lo que el encuentro se movió a chispazos, con los de casa tratando de enlazar con Segovia, y los visitantes intentando tocar algo más el balón, pero con sus opciones desactivadas cuando llegaban a los tres cuartos del campo.
Ciertamente todo el planteamiento de partido hubiera sido otro si Pineda no hubiera fallado en inmejorable posición un remate más que sencillo después de que Oliva, titular en la noche de ayer, cometiera un error propio de los porteros que llevan demasiado tiempo en el banquillo. Conociendo al guardameta, los aficionados eran conscientes de que al segoviano le afectaría poco el error.
ENTRE POCO Y NADA
Las caídas de Iván Moreno y Pineda a las bandas se convertían en lo más peligroso del Guadalajara, con alguna que otra internada inquietante sobre el marco local como la que terminó Álvaro Santiago de tacón sin encontrar portería. Pero la zaga gimnástica, con Hugo Marcos y Rubén en los laterales, se mantenía firme protegiendo su área, aunque con el balón en los pies el viento, y la presión del equipo visitante, impedían cualquier acercamiento medianamente peligroso. Sirva como ejemplo que el primer saque de esquina para los locales llegó cuando el primer período ya había superado con creces su primera media hora.
El Guadalajara quería hacer el partido largo, intentando con paciencia encontrar los espacios en el sistema defensivo de la Segoviana, que respiraba con sus robos en el centro del campo porque los ataques posicionales morían en las bandas, con Plomer perdiendo los duelos con el lateral zurdo alcarreño, y Merencio centrando al área en una posición demasiado retrasada. Así el encuentro fue transcurriendo con pocas cosas que llevarse a la boca y las defensas imponiéndose con mucha claridad a los ataques, lo que no era precisamente una buena noticia para la Segoviana.
La segunda parte comenzó con un centro chut de Hugo Marcos que el portero del Guadalajara detuvo cerca de la escuadra en el primer remate entre palos de los de casa en todo el partido. Poco después, Merencio no llegaba a peinar otro centro chut, ahora de Fer Llorente. Era la señal de que el conjunto local había salido al campo con otro aire, dispuesto a hacer correr a su oponente en el trabajo defensivo.
BASTANTE MEJOR TRAS EL DESCANSO
Combinando mejor con Dani Segovia, lo que ayudaba mucho a la salida del balón, la Segoviana superaba la primera línea de presión del Guadalajara, y así llegaba a zonas de peligro con más efectivo. Abel Pascual remató por encima del marco visitante un saque de esquina forzado por Merencio, que protagonizó buena parte de los ataques gimnásticos tras el descanso porque la Segoviana se volcó sobre la izquierda para buscarle las cosquillas a la zaga alcarreña.
Los minutos fueron pasando, y los espacios se fueron abriendo aunque ello no significara precisamente que aparecieran las ocasiones. El Guadalajara dio un paso adelante en su presión intentando que la Segoviana no consiguiera conectar con acierto, y dispuso de varios minutos de dominio, que culminaron con un cabezazo de Moreno que se fue manso a las manos de Oliva.
Ramsés: “Era un partido crucial. Durante la primera parte no hemos generado peligro, tras el descanso a ellos les pesó el cansancio”
Y cuando Ramsés ya tenía a tres jugadores a punto de entrar en el campo para echar el resto buscando la victoria, llegó el 1-0 tras un centro de Plomer que Segovia rescató cuando parecía a punto de perderse por la línea de fondo y Abel Pascual remachó de media chilena. El partido se había abierto en una acción aislada, y como el que da primero da dos veces, Sergi Molina cabeceó de manera impecable un saque de esquina perfectamente botado por Fer Llorente para hacer el 2-0.
El Guadalajara se quedó absolutamente K.O. con estas dos acciones protagonizadas por los dos centrales gimnásticos, y el partido se fue apagando entre las felicitaciones de los aficionados gimnásticos que ven cómo la Segoviana mantiene la tercera plaza, pone la segunda a tiro, y tiene al líder a cuatro puntos. Que no son tantos
