La Sala de los Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, en Burgos, ha condenado a cuatro años de cárcel a un vecino de Cuéllar tras ser declarado culpable de un delito de lesiones agravadas.
Según se explica en la sentencia, durante la primavera de 2023, el acusado, Carmelo y otra persona que no ha sido identificada, detuvieron a la víctima, Luis Enrique, a la salida de la discoteca cuellarana Diamante y tras agarrarlo fuertemente por el brazo, le apartaron de la entrada del local para increparle: “¿a qué chico has visto tú con un perro rompiendo una puerta?”. Al parecer, unos días antes, Luis Enrique había declarado ante la Guardia Civil del municipio en una investigación por la rotura de una puerta en la que se encontraría supuestamente implicado el acusado.
Carmelo y su cómplice arrojaron al suelo a Luis Enrique, haciendo caso omiso a sus súplicas para que lo dejaran y entre amenazas, le propinaron una paliza, pateándole en la cabeza repetidas veces, lo que le ocasionó entre otras lesiones, la fractura de la mandíbula y la pérdida de varias piezas dentales en la parte delantera de la boca, unas heridas que tardaron más de un mes en sanar y que, además de la pérdida de los dientes, dejaron como secuela dos cicatrices, una sobre la ceja que supuso cinco puntos y otra en el labio que requirió entre 7 y 13 puntos de sutura para sanar. Todas estas lesiones todavía eran evidentes durante el transcurso del juicio, más de un año después y sirvieron como prueba de los hechos.
Luis Enrique reclamó también una indemnización por todas estas secuelas, algo que finalmente se le otorgó, por un importe de 17.300 euros que deberá abonarle el acusado.
El caso de Luis Enrique fue uno de los 48 delitos de lesiones y riña tumultuaria que se registraron en la provincia de Segovia durante el año 2023, coincidentemente, el mismo número que durante el pasado 2024. Supone por tanto, la cuarta causa de criminalidad más numerosa en la provincia, después de los hurtos, la más numerosa (674 casos) y los robos en domicilios y otras instalaciones (230 casos) y los robos con fuerza (175 casos).
En relación al resto de Castilla y León, las cifras de este tipo de delitos aumentan en seis provincias. Solo descienden en Salamanca, con un decrecimiento de, 23,2 por ciento, pasando así de rozar el centenar de delitos en 2023 a 76 el año pasado. Los delitos de lesiones también bajan en Ávila, que registra un 20 por ciento menos que en 2023, esto es, de 75 casos se queda en 60 durante este año.
En el lado contrario, destaca el aumento de casos en Soria donde se duplican, de 24 a 48, en Burgos (27,3 por ciento) y en León (36,2 por ciento).
En total, en la región se han cometido durante este año, 821 delitos de esta tipología, un 11,5 por ciento más que en 2023. Esto sitúa a la Comunidad por encima de la media nacional, donde este aumento ha supuesto un 8,4 por ciento. En relación con otras regiones, Castilla y León se encuentra entre aquellas donde, a pesar de que este tipo de delitos ha aumentado, lo hace de forma leve, ya que queda muy lejos de los datos obtenidos en otras zonas de España, como Navarra, con un preocupante 29,1 por ciento más, que pasa de 278 casos en 2023 a 359 el pasado 2024. También son elevados los datos de Castilla-La Mancha, donde los casos se acercan al millar, 21,7 por ciento más que el año anterior, o Aragón, que con un 17,3 por ciento más, llega a 584 delitos. Mejoran sin embargo los datos de Melilla con una reducción de los casos de más del 12 por ciento y en menor medida, Extremadura y Cantabria, donde descienden 3,4 y uno por ciento respectivamente.
Qué es un delito de lesiones
El delito de lesiones en el Código Penal español se regula en los artículos 147 a 156, y se refiere a cualquier acción que cause daño o deterioro en la integridad física o psíquica de otra persona. Dependiendo de la gravedad del daño, las lesiones pueden clasificarse en leves, menos graves y graves, con distintas consecuencias penales. El delito de lesiones puede implicar penas de prisión, multa o trabajos en beneficio de la comunidad, dependiendo de la gravedad de las lesiones y las circunstancias que rodean el caso.
Cuando las lesiones no revisten una especial gravedad, son consideradas lesiones leves. La pena que puede imponerse en este caso, es prisión de 1 a 3 meses o multa de 6 a 12 meses, o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días. Las lesiones que causan daños o sufrimiento no muy graves pueden ser clasificadas como menos graves. En este caso, las penas pueden ser de prisión, entre 6 meses y 3 años. Si las lesiones implican el uso de un arma o un objeto peligroso, la pena puede aumentar.
Cuando las lesiones causan un daño significativo o ponen en peligro la vida de la víctima, se consideran lesiones graves. Esto incluye, entre otros, lesiones que ponen en peligro la vida de la persona lesionada; que crean incapacidad permanente para trabajar o secuelas permanentes; o aquellas que causan la pérdida de un miembro o de la función de un órgano. En estos casos, las penas pueden ser 1 a 3 años de cárcel y en casos excepcionales, las penas pueden ser mayores si las lesiones causan consecuencias severas, como la pérdida de un sentido (vista, oído, etc.), o si resultan en secuelas importantes. Si las lesiones causan deformidad permanente o ponen en peligro la vida de la víctima, la pena puede llegar hasta prisión de 6 a 12 años, dependiendo de la severidad de las mismas.
Los agravantes que pueden llevar a endurecer estas penas, son, entre otros, el uso de armas o medios peligrosos, las lesiones causadas por motivos de odio, venganza o discriminación y las lesiones a agentes de la autoridad o funcionarios públicos. Cuando se dan estas circunstancias, es posible además que se tomen otras medidas, como el alejamiento o la indemnización a la víctima.
En caso de que las lesiones sean causadas por negligencia o imprudencia, las penas suelen ser más bajas, aunque todavía pueden implicar una pena de prisión o multa dependiendo de las consecuencias del hecho.
