En febrero de 2020, días antes de desencadenarse la tormenta de la Covid-19, tuvimos la oportunidad de ver en Segovia una muestra retrospectiva se la obra del segoviano Luciano Esteban de Andrés: 20 años de trabajo realizado en esta ciudad, en el silencio de su estudio desde donde miraba, con ojos de artista, el mundo que le rodeaba. Ahora, de nuevo, expone en la Galería Cortahabitarte de Soria hasta el próximo 10 de abril.
Cuando, poco antes de morir, Jesús Mazariegos escribía el prólogo del catálogo sobre su obra, le calificaba como ‘soldado de derrota’. Con ello resumía a un soldado de la vida, un hombre hecho a sí mismo, y derrota, entendida en dos sentidos. La derrota que se plasma en su obra y la derrota de un hombre a quien los avatares de su vida se han impuesto sobre su propio ser, imprimiendo a sus cuadros un sello que le hace diferente.
Luciano Esteban acudió regularmente a clases de dibujo y pintura en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Allí fue seleccionado para participar en talleres con artistas de la talla de Antonio Tapies, Pedro Mora, Alfonso Albacete o Isidoro Valcárcel Medina, entre otros, y se formó durante 12 años aprendiendo a dominar el tratamiento de desnudos; dibujando y pintando anatomías del natural bajo los auspicios de artistas como Antonio López.
Al igual que una profunda tormenta en el mar, muchos artistas oscurecen sus trabajos, sus obras se vuelven sombrías, frías, inquietantes, pero en Luciano, esto no siempre es así. Su tormenta se manifiesta en colores y contraluces que nos retrotraen el paisaje de su Segovia natal: colores de Guadarrama, que evocan a Sorolla; paisajes que se olvidan de las líneas perfectas de la propia naturaleza; luz que ha visto desde niño, que se refleja en las nevadas de la sierra, que ciega en los días de verano; que está en el aire de las montañas.
Cuando la vida se vuelve más dura, Luciano, dentro de la tormenta, hace aflorar una pintura amable, lumínica, llana de vida. Colores que parecen preludiar la calma que vendrá, un sufrimiento se plasma en los rojos, verdes, amarillos de sus paisajes infinitos, atardeceres radiantes e islas imaginadas. Sus cuadros contraponen dolor y felicidad cuando esta cesa. Son tormentas acabadas, cavernas que resguardan de la niebla, refugios de la lluvia, volcanes en erupción.
Son cuadros llenos de esperanza de quien está atrapado en una tormenta pero que es capaz de salir de ella. Expresa, a través de sus pinceles, el lenguaje de sus cuadros, de sus figuras, colores y composiciones. Son sus mensajes por descubrir. ‘Dentro de la Tormenta’ son tiempos los duros y difíciles que ahora vivimos, es el lugar que refleja la tormenta que le envuelve en su interior pero de la que espera salir cuando llegue la calma.
