Dos equipos en dinámicas bien distintas midieron sus estados de ánimo en La Albuera, y el gato de la victoria se le llevó al agua la Gimnástica Segoviana, que supo rentabilizar el único gol que se marcó en el encuentro para superar a un CD Diocesano que en el primer tiempo apostó al empate sin goles, en el segundo quiso igualar el partido y terminó el choque sembrando el pánico en la parroquia segoviana con varias acciones a balón parado consecutivas sobre la meta de Carmona.
Los colistas de la Segunda RFEF no tienen demasiado que ver con los últimos clasificados de las categorías inferiores. Ciertamente el Diocesano demostró en La Albuera varias de las razones por las que cierra la clasificación, con una defensa interpretando bastante mal cuándo la acción requiere un despeje y cuándo se puede sacar el balón jugado, y un ataque interesante pero sin colmillo, pero cuando se avino a atacar en la segunda parte también puso en evidencia que cuenta con futbolistas de buena colocación y mejor toque, aunque no le llegó para puntuar en La Albuera.
De entrada, el escenario del partido era el del invierno clásico en Segovia, lloviendo de manera impenitente durante todo el choque y con el terreno de juego aguantando bastante bien el agua caída, con la Segoviana haciendo rotaciones tanto en el once como en las posiciones, ya que Acuña y Borrego comenzaron el encuentro a banda contraria.
LLEGAR Y NO MARCAR
Un minuto y medio tardó el Diocesano en mostrar que sus noventa primeros segundos de partido con la presión adelantada habían ido de farol, los que tardó la Segoviana en bajar el balón al piso y comenzar a dibujar los triángulos que tan buen resultado están ofreciendo a lo largo de la temporada. Llevando siempre el peligro por la banda derecha con Borao y Borrego el equipo gimnástico inició la cuenta de las llegadas al área de un rival que fiaba a Armenta y Del Valle las acciones por arriba, y a su guardameta Cordero (y a la falta de puntería azulgrana) las de por abajo.
Acuña, que firmó su partido más flojo desde que viste de azulgrana y aún así fue un dolor de muelas para la defensa extremeña, dispuso de las primeras oportunidades, pero el paraguayo tenía el punto de mira desviado en la tarde de ayer, al igual que Gómez pese a que el segoviano era capaz de superar a cualquiera de los pares con los que le tocaba ‘bailar’ en algún momento del partido.
La renuncia del Diocesano al ataque en el primer tiempo fue tan evidente que se contabilizaron más llegadas al área por parte de la Segoviana que veces en las que su rival logró pasar del centro del campo con el balón controlado. El balón rondaba el área visitante con muchísima asiduidad, pero no parecía ser el día ni de los centradores ni de los rematadores, porque todos tuvieron al menos una ocasión clara para marcar. A los ya citados Acuña y Gómez se les unieron en la lista de oportunidades Manu, Fer Llorente y Juan de la Mata, este último en la mejor acción de la primera parte entrando por el centro y encontrándose con el portero cacereño en su remate cercano. El gol rondaba… pero no llegaba y cuando en el minuto de descuento el Diocesano dispuso de una falta a su favor, al aficionado gimnástico le dio por pensar que solo faltaba que de media ocasión saliera un tanto en contra. No sucedió.
LOS PECADOS DE LA AMBICIÓN
Como bien señaló Ramsés al final del partido, es imposible que en esta categoría un equipo tenga el dominio del juego durante los noventa minutos, y en este caso no se produjo la excepción. El Diocesano que salió al campo no fue el mismo que el del primer tiempo, arriesgando más en su presión y creando los primeros problemas a una Segoviana que mostraba ambición, pero bastante menos control por momentos.
Entre medias de que el equipo visitante reclamase como penalti una mano dentro del área de Javi Marcos que el colegiado interpretó como involuntaria, y de que el linier corrigiera al trencilla en una falta de Acuña que el colegiado metió dentro cuando era medio metro fuera, llegó el gol de la Segoviana. Un fuerte lanzamiento de Rubén, que se lesionó en la acción, fue despejado por Cordero, cayéndole el balón a Javi Borrego que se lo cedió a Gómez para que este ejerciera de ‘9’ y clavase el 1-0 en la escuadra.
RAMSÉS: “Las sensaciones del equipo estaban siendo buenas, pero había que materializarlas en puntos. El partido era complicadísimo, como se ha visto”
Parecía que la Segoviana había hecho lo más difícil, pero no fue así porque lo más complicado para el equipo local fue aplicarse en defensa. Ramsés cambió a Manu por Ivo lanzando el mensaje de que había que ir a por el segundo, pero el Diocesano también había hecho su apuesta por el ataque y en no pocas ocasiones se aprovechó del amplio espacio que se quedaba entre los centrales y el centro del campo azulgrana para llegar casi a la frontal con el balón controlado.
En el tramo final del partido pasó de todo para que al final no pasara nada. La Segoviana desperdició varias acciones claras de contragolpe, y su rival metió a tantos jugadores en el área que al final acabaron estorbándose en acciones embarulladas que se marcharon fuera como podían haber terminado con el balón dentro de la portería de un Carmona. Al final la Segoviana ganó el partido que había que ganar con la dosis de sufrimiento justa para ser conscientes de que en la Segunda RFEF los colistas ya no son lo que eran.
