Con diecinueve clubes de lectura activos, la Biblioteca Pública gestionada por la Junta de Castilla y León se consolida como un epicentro cultural de la ciudad. Estos encuentros atraen a cientos de segovianos que comparten su pasión por la literatura, por toda la literatura, desde la novela negra hasta la poesía. En un mundo donde las pantallas compiten por nuestra atención, los clubes de lectura emergen como un refugio para el alma lectora: no son solo reuniones, sino espacios de diálogo, descubrimiento y conexión humana.
Un club de lectura es, en esencia, una cita periódica con la palabra escrita y la mente abierta. Son grupos variopintos de personas que se reúnen para analizar un libro seleccionado de antemano que cada una de ellas ha leído recientemente de forma individual. Según los responsables de la Biblioteca, el objetivo es “disfrutar de la lectura y enriquecer la interpretación del libro con los diferentes puntos de vista de los participantes”. No se busca un análisis académico riguroso, sino un intercambio vivo. Son debates sobre los personajes, los contextos históricos o las emociones personales, que se desarrollan en un ambiente de respeto y complicidad. El propósito de estos clubes es fomentar la lectura, compartir opiniones, analizar temas, personajes o estilos literarios, y disfrutar de un espacio social en torno a los libros.
Los clubs de lectura son una oportunidad para socializar, para tejer lazos con quienes comparten nuestras pasiones literarias y para ampliar horizontes. Luis Zapatero, participante del Club de Literatura Clásica, encontró en la biblioteca un refugio tras su jubilación: “pregunté qué clubes había y me apunté. Lo que más me gusta es participar, estar con otras personas, dar y escuchar opiniones, además de profundizar en la lectura”. Entre los libros que le han marcado están Siddhartha de Hermann Hesse y una obra de Víctor Frankl. Para él, los clásicos, ya sean antiguos o modernos, son “una garantía de buena literatura”.
Recomienda unirse sin dudarlo: “es una experiencia enriquecedora, porque aprendes muchísimo”. Los clubes de lectura estimulan el pensamiento crítico, enriquecen la comprensión lectora, crean comunidad y permiten descubrir nuevos autores o géneros.
Los clubes de lectura son un pilar de la programación cultural de la Biblioteca Pública de Segovia. Las inscripciones, que se abrieron en septiembre, agotaron en seguida las plazas. La oferta es tan diversa como los gustos de los lectores, así, tres clubes de literatura contemporánea leen actualmente La península de las casas vacías de David Uclés o Pan de limón con semillas de amapola de Cristina Campos. Tres grupos de literatura clásica están leyendo: Crónica del rey pasmado de Gonzalo Torrente Ballester y El Decamerón de Boccaccio. En novela histórica, están trabajando en la obra Misericordia de Benito Pérez Galdós y el club de ensayo histórico disfruta con España diversa de Eduardo Manzano. El grupo de novela negra está inmerso en Desgracia de J.M. Coetzee.
También hay clubes dedicados a poesía, a lecturas en inglés, al feminismo, al medio ambiente y un club de cómic moderado por el Facultativo de la Biblioteca y experto en el tema, Alejandro Jiménez Cid. Además, existe un club virtual gestionado por la Red de Bibliotecas de Castilla y León, que permite participar desde cualquier lugar. Aunque no hay un club exclusivo sobre temas segovianos, sí se incluyen autores locales y relatos sobre el folclore o la historia de la región.
Cada grupo, tiene entre 15 y 20 participantes y está guiado por un moderador, un experto que dirige el debate y aporta contexto. Para participar, solo se necesita el carné gratuito de las Bibliotecas de Castilla y León y “muchas ganas de leer, compartir y aprender”, según dicen en la Biblioteca. No se exige un nivel cultural específico, solo el compromiso de asistir regularmente, leer el libro asignado y participar activamente.

El alma de los clubes, los moderadores
La alta demanda ha generado listas de espera, y las sesiones se programan semanal, quincenal o mensualmente, según el moderador. Este es generalmente un voluntario y es una figura clave ya que selecciona los títulos y dinamiza el debate. En el Club de Ensayos sobre Historia, Fernando Acinas, moderador desde hace cuatro años, aporta su experiencia como historiador. “Me incorporé a un club que ya existía. Como historiador, me atrajo el ensayo histórico”, explica. Entre sus autores favoritos están Paul Preston, Claudio Sánchez-Albornoz y Pierre Vilar, aunque destaca el descubrimiento de España diversa de Eduardo Manzano, que están leyendo actualmente. Para él, moderar es “compartir lo que sé y aprender de las visiones de los compañeros”. Las diferencias de opinión se manejan con diálogo y con buena voluntad, nunca han derivado en conflictos.
Si a algún miembro del club no le gusta el libro elegido, “se respeta, pero hay un compromiso de leerlo”, añade.
Rosa Quirós, participa en el mismo club que Fernando y afirma que llegó a la historia tarde, pero con fascinación. Tras un breve periodo como coordinadora, ahora disfruta como lectora. “Me gusta la participación, las opiniones y los puntos de vista que no había contemplado, incluso contrarios a los míos”, dice. Destaca Momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig por su diversidad temática y recomienda los clubes porque “te obligan a leer y generan debates interesantes”. Aunque antes prefería la novela, confiesa que la historia le está conquistando.
La selección de libros es un arte en sí mismo, los moderadores proponen obras de calidad literaria o rigor científico, en muchas ocasiones gracias a las sugerencias de los participantes. La Biblioteca gestiona los lotes, solicitándolos a la Red de Bibliotecas de Castilla y León si no están en su fondo. Más allá de la lectura, los clubes fomentan una dimensión comunitaria. Para Secundino, que modera un club de lectura desde 2011, lo importante es compartir ideas y opiniones sobre lo que se está leyendo. Para él los miembros del grupo: “son gente muy maja, muy amable, muy cordial, a los que aprecio un montón y que aceptan muy bien las diferentes opiniones”.
El club de lectura, un punto de encuentro
La Biblioteca organiza encuentros con autores, recitales, conciertos y representaciones teatrales. Algunos moderadores, como los del club de medio ambiente, proponen salidas a la naturaleza o visitas culturales a Segovia y sus alrededores. Todo es gratuito y todo discurre en un ambiente informal donde el tiempo se adapta al fervor del debate. Si alguien no termina un libro, se acepta como excepción por fuerza mayor, pero el compromiso es leerlo en el plazo acordado para no perder el hilo colectivo. Las sesiones, que suelen durar unos noventa minutos, combinan el análisis, el debate y en ocasiones, las lecturas en voz alta. “Es un pacto de respeto y entusiasmo”, explica un portavoz de la Biblioteca. Pedro Peiroten, moderador del club de poesía, destaca el aprendizaje continuo: “aprendí a valorar la poesía contemporánea gracias a este grupo, antes no le daba importancia, pero me ha ido calando. El grupo me aporta una pasión renovada por la poesía”. Maite, que pertenece al Club de Novela Negra, afirma que “es muy interesante porque parece que cada miembro del grupo lee un libro diferente”.
De los diecinueve clubes que existen, catorce están gestionados directamente por la Biblioteca Pública de Segovia. Las asociaciones: Amanecer, Cruz Roja, el Centro Integral de Emigración, la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Segovia y el Centro Antonio Machado gestionan cinco clubes adicionales. De esta manera pueden hacer hincapié en el enfoque inclusivo, escoger lecturas fáciles para las personas que tienen dificultades lectoras o determinados textos en español para extranjeros que facilitan el aprendizaje del idioma. En algunos casos, los voluntarios se comunican en inglés o en francés, lo que convierte cada reunión en un puente cultural.
Los clubes de lectura han ganado popularidad en los últimos años porque ofrecen un espacio donde las personas pueden conectar a través de su pasión por los libros. Estos encuentros proporcionan una oportunidad para desconectar de las pantallas y participar en discusiones cara a cara que enriquecen la experiencia de la lectura. Los asistentes encuentran un entorno seguro para compartir opiniones, descubrir nuevas perspectivas y profundizar en los temas de los que tratan las obras que han leído.
La diversidad de los participantes —desde ávidos lectores hasta aquellos que buscan retomar el hábito— fomenta un intercambio cultural y social que trasciende las páginas y crea comunidades unidas por el amor a la literatura. Leer en grupo no solo motiva a mantener una rutina de lectura, sino que también permite explorar géneros y autores que, de otro modo, podrían pasar desapercibidos. Las discusiones guiadas desentrañan significados ocultos, contextos históricos o matices psicológicos de las obras, que enriquecen la comprensión y el disfrute.
Los clubes de lectura de la Biblioteca Pública de Segovia son más que reuniones para hablar de libros, muchas personas encuentran en estos espacios una forma de compartir sus vivencias y en ocasiones su soledad. Los clubes de lectura fomentan las amistades y en muchos casos, se convierten en un refugio intelectual y emocional para los más diversos tipos de personas. Son espacios vivos donde lectores de todas las edades comparten opiniones, emociones y perspectivas y que forjan lazos en torno a la literatura.
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