Los cerveceros de El Espinar. Así se conoce a Mario Sanz y a Alfredo García, dos amantes de la cerveza artesana que en 2017 decidieron lanzarse a la fabricación de su propio producto. Fue en 2018 cuando conocieron al maestro cervecero, Bob Maltman, junto al cual han creado las marcas ‘Maltman Brewing’ y ‘3Cumbres’ que recientemente han entrado a formar parte de la marca ‘Alimentos de Segovia’.
Stout, Strong, IPA, Barley Wine, Pale Ale o Lager son algunos de los doce estilos de cerveza que se fabrican en el polígono de Los Llanos de San Pedro de El Espinar y que bajo los valores de “naturales, artesanas y auténticas” han llegado prácticamente a toda Europa. Además, cuentan con la acreditación de Artesanos Alimentarios de Castilla y León que avala la filosofía y la calidad de sus productos.
En la actualidad, la fábrica tiene una capacidad productiva de 25.000 litros de cerveza al mes que es embotellada en barriles y en botellines de cristal para su comercialización, lo que les convierte en una de las fábricas más grandes de la zona. Todo el proceso se realiza en la fábrica. El grano de cebada 100% malta lo muelen diariamente. A través de la combinación de distintos tipos de granos obtienen colores y sabores diferentes.
Ollas de 1.500 litros de producción continua se encargan de cocer el mosto junto con el lúpulo, antes de ser enfriado en los tanques de fermentación en los que se almacena el líquido durante al menos diez días. El último paso del proceso es la decantación, momento en el que se elimina la levadura. La temperatura en cada paso del proceso es lo más importante y el encargado de asegurarse de que nada falle es Bob Maltman.
Bob es un maestro cervecero, referente a nivel mundial, impulsor del movimiento crafbeer en España. A lo largo de más de 30 años de profesión, Maltman ha trabajado en EE.UU., México o Portugal. De origen canadiense, se crió en Escocia y realizó su formación en California. Desde la asociación con los espinariegos ha trasladado su residencia habitual a la localidad para ejercer su profesión al cargo de su propia marca.
El principal mercado de esta cerveza se encuentra en Madrid y Segovia pero también distribuyen a nivel europeo a través de un distribuidor holandés que ha llevado la cerveza de El Espinar a Holanda, Bélgica y Alemania, entre otros países. Otra de sus fuentes de negocio se encuentra en la elaboración de cerveza para nómadas, productores que utilizan la fábrica espinariega para crear su propia cerveza. Esto ha convertido la fábrica en un punto de encuentro y de reunión para otras cerveceras con menos recursos y empresas de restauración que elaboran sus propios lotes allí.
La pandemia provocada por el Covid-19 dificultó mucho el negocio pero tras la salida del confinamiento las ventas se han disparado y el principal competidor y escollo para la distribución es la propia fábrica. Al ser un producto artesano requiere de un tiempo mínimo de fabricación que no puede ser acelerado. Recientemente han adquirido una nueva embotelladora para mejorar el proceso.
Uno de los secretos principales del éxito de esta cerveza se encuentra en que sus fabricantes son amantes de ella. “Mi principal idea es fabricar un producto de alta calidad, un producto que me gusta beber a mí y que sea atractivo por sus colores y aromas. La cerveza artesana está creciendo mucho y hay un gran mercado. Animo a todo el mundo a abrir la mente a probar nuestros productos”, explica Bob Maltman.
Uno de los grandes mitos de la cerveza artesana y de la cerveza negra es su alta graduación. “Nosotros fabricamos cerveza negra con muy poca graduación y una cerveza rubia muy alta. Hay mucho desconocimiento y lo mejor es probar y tener criterio para decidir si está buena o no”, asegura Mario Sanz. En las próximas semanas está previsto el lanzamiento de dos nuevos tipos de cerveza, así como la inauguración de un ‘Tap room’ que permitirá ver el proceso de fabricación y realizar catas de los distintos tipos de cerveza en la propia fábrica.
