La tormenta de verano provocada por el diputado general de Guipúzcoa, Martín Garitano, con su diferenciación de víctimas de ETA, parece que no amaina. El lehendakari, Patxi López, comentó ayer que «el final de ETA no tiene que tener condiciones» ni «es cuestión de regateos», en referencia a la legalización o no de Sortu y el acercamiento de presos, si bien estas cuestiones han saltado a la palestra a raíz de los desaires del ex directivo del diario Egin.
«La banda tiene que desaparecer sin ningún tipo de condición, y será en el momento en el que eso suceda cuando podamos hablar de cómo construir la convivencia entre todos, después de casi 900 asesinatos», aseveró el líder socialista, que se ha encontrado con la patata caliente lanzada por su paisano y compañero de partido Javier Rojo, presidente del Senado, quien sugirió hace días desalojar a Bildu con mociones de censura.
Así, optó por la estrategia del perfil bajo, y ni rechazó ni respaldó esa opción, ni siquiera para echar de las Juntas a Garitano, al que calificó recientemente en su blog como «demócrata a media jornada», porque el problema «lo tiene la izquierda abertzale, que debe exigir a ETA que desaparezca, no los que defendemos la libertad».
A juicio del presidente del Gobierno vasco, es «preocupante que cuando la izquierda abertzale tiene un obstáculo, porque es incapaz de cerrar ese tiempo de connivencia con una banda terrorista, lo convirtamos en uno de todos los demás».
Así, López insistió en que «parece que ahora es un problema de los demócratas si somos capaces de ponernos de acuerdo o no para una hipotética moción de censura». «Hace unos meses podríamos haber evitado que hubiera un diputado general de Bildu y el PNV no quiso que esto fuera así (rechazó un pacto para que el Ayuntamiento de San Sebastián fuera gobernado por el PSE y la diputación por el PNV)», añadió.
También se felicitó el lehendakari por la tranquilidad con la que discurren este verano las fiestas vascas, sin violencia callejera por primera vez, si bien lamentó el intento de «los de siempre de utilizar el disfrute de todos para promocionar sus planteamientos, que muchas veces son contrarios a la convivencia», como la aparición de algunos carteles de presos. De hecho, la comparsa Kaskagorri, creada por la proscrita asociación Jarrai, la de los cachorros de ETA, ha visto cómo la Fiscalía de la Audiencia Nacional pidió que se prohíban sendos actos de homenaje a terroristas encarcelados, que se celebran hoy y mañana.
Sorprendentemente, fue mucho más beligerante el ex alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, que consideró «inmoral» que Garitano gobierne Guipúzcoa, «por su pasado antidemocrático y porque le daban igual los atentados». «Su designación por Bildu me pareció, mas que un error político, una provocación», subrayó.
En este sentido, el político socialista reconoció que «toda persona tiene derecho a cambiar», si bien estimó «exigible» que el ex periodista «lo haga sin trampas, desde la autocrítica, el reconocimiento de sus errores y apostando, ahora, desde el cargo que todos pagamos, por la regeneración democrática de la sociedad vasca». «Y mucho me temo que éste no sea el caso. Garitano va a lo suyo», apostilló.
De todos modos, quien tiene la llave para echar a Bildu del poder por métodos políticos es el PNV, y a día de hoy, a tres meses de las elecciones generales, se niega a apoyar ninguna moción de censura. Así lo sostuvo su portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka: «Son solo poses electoralistas de PP y PSOE».
