Miguel es la mitad de El Chonchón. Carlos, la otra mitad de esta compañía chileno-argentina que lleva más de quince años conquistando al público de Titirimundi con sus espectáculos, andaba ayer dando los últimos retoques al montaje que estrenarán mañana en La Alhóndiga, y que constituye uno de los platos fuertes de este Titirimundi 2011.
La nueva propuesta se titula “El EnmaZcarado” y está basada en la figura de El Zorro. Su presencia en Segovia es todo un reto, ya que, según explica Miguel, no solo consideran al segoviano “un público exigente, casi profesional”, sino que su espectáculo, inicialmente concebido para niños y público familiar, se ha programado en horario nocturno, para adultos.
A buen seguro que la capacidad de improvisación de El Chonchón, siempre una de las señas de identidad de sus espectáculos, convertirán el montaje en un éxito entre los adultos, a los que, según comenta Miguel, “dirigiremos algunos guiños, algunos chistes, porque quizá ellos conozcan el personaje incluso mejor que los niños”.
En cuanto a la génesis y el proceso de creación del espectáculo, sostiene que es “un poco engañoso, porque hace cerca de tres años que empezamos con la idea, pero no hemos podido dedicarle mucho tiempo; íbamos creando los muñecos, anotando algunas ideas sobre la dramaturgia…, pero fue en el mes de diciembre pasado cuando aparcamos la gira y han sido cuatro meses ya centrados en este trabajo”.
Tras este estreno en España, la compañía volverá a Argentina, donde el espectáculo ya se ha presentado en Córdoba, la ciudad en la que viven, aunque a partir de junio esperan girar por otras ciudades, incluyendo Buenos Aires.
El Chonchón, una de las compañías veteranas de Titirimundi, con casi 15 años de presencia en el festival, ha visto crecer un evento que cumple ya 25 ediciones. Desde su primera presencia en Segovia, con “Los bufos de la matiné”, un homenaje al cine mudo, en el año 97, Los Chonchón se han hecho un hueco en el corazón de los aficionados a los títeres con espectáculos como “Juan Romeo y Julieta María”, con esa inolvidable escena de las manos, y sus presentadores habituales, el abuelo y Arraskaeta.
Para Miguel, lo que ha permitido desarrollarse al festival hasta alcanzar estas bodas de plata es “su nivel artístico, que siempre es muy bueno, con cabida para los nuevos titiriteros, y sus extensiones en otras ciudades, que son una muy buena idea”. Además, alaba al público segoviano: “Es un público genial, generoso pero exigente, un público casi profesional; si un espectáculo gusta aquí, es porque está bien hecho, y ya puedes ir con él a cualquier lado”.
