“La Luna era una farola, y a ella me abracé borracho, y acabé buscando verso, en el fondo de mi vaso. Todo lo que no aprendí, nunca se me ha olvidado, no he perdido la razón, y tampoco la he encontrado … ”.
En ocasiones se nos cruza alguien en nuestra vida que nos aporta visiones diferentes de las cosas. Por suerte, he podido disfrutar de la ‘enfermedad’ que tienen muchos entrenadores, ayudantes, encargados de material o cualquier de las funciones de un equipo técnico con un mínimo de compromiso y eso son palabras mayores.
Quien no convive con ello no sabe la cantidad de horas extras que se dedican para que un equipo funcione y vaya por el bien camino. Los entrenamientos no se hacen solos, no se copian y pegan de internet ni nada similar. Para cada concepto a explicar, aplicar o desarrollar con los deportistas a tu cargo hay unas cuantas horas dando vueltas a la programación y ejecución del mismo. No es eso de “toma la pelota y juega”, ojalá fuera tan fácil.
Algunos de estos ‘enfermos’ están actualmente al mando de diferentes equipos, y no andan en la actualidad con buenos resultados, pero confío ciegamente en su compromiso y trabajo para sacar la temporada adelante. Solo espero que la afición continúe sin darles la espalda y valore el trabajo y el juego que están dando, más allá de poder ir con la cabeza alta ya que no varían sus planteamientos y mueren con sus ideas. Enhorabuena.
A estos ‘tipos’ me gustaría decirles …. “lo más lejos a tu lado”.
Semper Fidelis.
