La selección española cosechó dudas en el primer amistoso camino al Mundial de Sudáfrica 2010, con un triunfo alejado de la brillantez de su fútbol habitual, en un encuentro que salvó sobre la hora un cabezazo de Fernando Llorente (3-2) y que, como nota más positiva, dejó el regreso de la mejor versión de Andrés Iniesta.
Volvió el combinado patrio al estadio donde inició el camino hacia la gloria de la Eurocopa. Entre montañas del Tirol, un grupo de futbolistas retocado por Vicente Del Bosque, inició el camino hacia el gran reto, el Mundial.
Y lo hizo sembrando dudas en el comienzo. De la misma forma que en aquella Eurocopa con el primer amistoso -en Huelva ante Perú-. Desajustes, piernas agarrotadas por la carga física de la primera semana tras una dura temporada, una ambición rebajada por ser amistoso. Factores que unidos provocaron un extraño arranque. Con España sin superar la línea de presión del rival y Arabia Saudí reivindicando calidad técnica en el trato con el balón.
La selección despertaría cuando sus ‘jugones’ del centro del campo se adueñasen del balón. Para ello, fue clave la movilidad de David Silva. Su aparición entre líneas. Y sobre todo la recuperación del mejor Andrés Iniesta. Gana en autoestima y ritmo para dejar en el olvido sus problemas musculares del final de temporada.
Sin encontrar el camino hacía la portería rival, la sorpresa saltó cuando una mala salida de Iker Casillas en un saque de esquina, lo cabeceó a la red el central Osama a los 16 minutos. El capitán hacía años que no sentía tanta presión. La llegada de Víctor Valdés a la selección aumenta la competencia y debe responder en el campo, recuperar el mejor de sus niveles.
Le faltaba velocidad en el juego a los de Del Bosque, que comenzó a tocar para generar ocasiones. Acarició el gol Sergio Ramos con dos testarazos a saques de esquina. Uno lo estrelló en la madera. No falló Villa en una conexión con Iniesta.
Comenzó a imponerse la diferencia de calidad y la ‘roja’ tuvo el poder hasta la segunda mitad.
Arabia Saudí mantuvo el tipo en el segundo tiempo. Incansable en su lucha.
Dominaba España pero no chutaba a puerta. Lo intentó Xavi, desviado, y tuvo más acierto Xabi Alonso, con un derechazo ante el que tardó en responder el meta Waleed. Quedaba media hora de partido y el salmantino probó el plan b.
Cambió el registro, probó con extremos con la entrada de Jesús Navas y Pedro Rodríguez, que debutó como Javi Martínez. Y apostó por Fernando Llorente como rematador. Acabó salvando el partido después de que Al Sahlawi se aliase con la fortuna en un disparo sin aparente peligro, que rebotó en Piqué y se envenenó para convertirse en el empate.
El cabezazo del riojano cuando el partido se despedía esquiva el recuerdo a jugadores ausentes y la apuesta por los nuevos de Del Bosque a la hora de la verdad.
