Con el estreno nacional de There be dragons, la película de Roland Joffé que cuenta la vida de José María Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus Dei, todos los sepulvedanos están buscando la ocasión para acudir a una sala de cine donde se proyecte la cinta. La asociación juvenil “Alcazara” ha contratado un autobús durante tres días (hoy, mañana y el miércoles) para trasladar a los interesados a las salas Arte7 y Cinebox de Segovia. Y el Ayuntamiento de Sepúlveda está intentando que la productora de la película ceda una copia, para su proyección en el recién restaurado Teatro Bretón.
Más allá de la historia de Robert, un joven periodista que vive y trabaja en Londres y descubre la relación que unió, desde la niñez, a su padre con el sacerdote José María Escrivá de Balaguer, los sepulvedanos están interesados en ver imágenes de su villa, convertida gracias al séptimo arte en Barbastro, donde nació el fundador del Opus Dei en 1902. Y todos acuden a las proyecciones con la esperanza de verse en la gran pantalla, en alguna de las escenas que se grabaron en Sepúlveda.
En octubre de 2009, el rodaje de There be dragons convulsionó la vida cotidiana en la villa, que quedó convertida en un gran plató de cine, con actores y los mil y un oficios que rodean cada rodaje. Al equipo de la película, compuesto por cerca de 150 personas, se unieron alrededor de 150 figurantes, la mayoría de Sepúlveda o los pueblos del entorno.
Antes del rodaje, la productora de la película, Mount Santa Fe, quiso dejar atados todos los detalles del mismo, en especial los concernientes a la disponibilidad de los escenarios, desde la Plaza de España al cementerio. El Ayuntamiento accedió, aunque poniendo diversas condiciones, entre la que destacaba la obligatoriedad de que todo el equipo de rodaje se alojase en Sepúlveda y su comarca y comiese en los bares y restaurantes de la localidad. De acuerdo a las estimaciones facilitadas al Ayuntamiento por Mount Santa Fe, la película dejó en el municipio al menos 238.000 euros. Los dos principales desembolsos fueron el alquiler de los alojamientos, que costó a la productora 100.800 euros, y el pago de comidas, que sumó 60.800 euros.
Por si era poco, la productora pagó al Ayuntamiento 18.000 euros, en concepto de tasas de rodaje, y se comprometió a financiar varias mejoras ornamentales en la villa. Así, pagó las dos jardineras circulares que se han colocado a la entrada del Ayuntamiento y varias barandillas metálicas, como la que se instaló en la subida a la iglesia de Santiago.
Durante cerca de año y medio, los sepulvedanos han estado pendientes de la cartelera cinematográfica, a ver si llegaba el día del estreno. Por fin, ha llegado. Y, de momento, los siempre controvertidos críticos de cine no han “crucificado” la película de Joffé, un agnóstico al que le gustan los guiones espirituales.
Javier Ocaña, en El País, califica al trabajo de Joffé como “muy aparente”, señalando que “lo que en principio se pensaba biopic de Escrivá termina siendo reflexión ética sobre un tiempo de guerra”. En El Mundo, en una crítica titulada “117 minutos de catequesis”, insiste en que la cinta “no habla de otra cosa que de la reconciliación y el perdón”, y que la producción “es efectiva”.