La Tertulia de los Martes contó como invitado en su sesión de ayer con el novelista vallisoletano Rubén Abella, un hombre que cuenta sus libros por premios importantes, ya que con sus tres obras publicadas ha conseguido el Torrente Ballester de Narrativa y el Premio Vargas Llosa NH de relatos, además de ser finalista del Nadal con su última novela, “El libro del amor esquivo”.
En declaraciones a este periódico, horas antes de su participación en el foro literario segoviano, Abella explicaba, en estos días de promociones, con motivo del Día del Libro, que se celebra mañana, que para él creación literaria y promoción son “compartimentos estancos”. “La creación literaria es para mi algo sagrado, una actividad muy solitaria, a la que buscas explicaciones, pero al final no tiene una explicación, lo haces porque lo tienes que hacer”, sostuvo.
En cuanto al mercado literario, “puedes tener un margen de elección, saber hacia dónde te quieres mover”, pero siempre teniendo en cuenta que el acto de escribir “tiene un objetivo final, que es que alguien lea eso, como un cuadro se pinta para ser visto, o la música se compone para que alguien la escuche”.
Por lo que se refiere a la influencia de los premios en el escritor, Rubén Abella afirma que, en su caso, no ha cambiado. “Estoy escribiendo una nueva novela, después de la finalista del Nadal, y estoy escribiendo igual, no me siento presionado en absoluto”. También su vida diaria continúa siendo la misma, “aunque sí que tienes más actos de promoción; desde Segovia, mañana mismo [por hoy miércoles] salgo para Barcelona, para estar el día de San Jordi… Estoy disfrutándolo, a veces te pasas tanto tiempo encerrado, que estás deseando contar tus cosas”, añade.
Lo que sí han supuesto para él los premios, según reconoce, es “un camino para publicar, porque se suele decir que en España publicar es fácil, pero yo no lo creo; yo no participo de los círculos literarios y los premios han sido el camino para llegar a las editoriales, sobre todo a las importantes”.
Rubén Abella nació en Valladolid en 1967. Estudió Filología Inglesa y tras su licenciatura cursó estudios de postgrado en las universidades de Tulane (Nueva Orleans, Estados Unidos) y Adelaida (Australia), donde obtuvo un máster en Narrativa Moderna Norteamericana. De esta época data su primer cuento publicado, “The Gun”, que apareció en “Voicing the Difference”, una antología de autores de origen extranjero residentes en Australia.
En 2002 recibió el Premio Torrente Ballester por “La sombra del escapista”, su primera novela, con la. En 2007 su libro de relatos “No habría sido igual sin la lluvia” fue distinguido con el Premio Mario Vargas Llosa NH, y este 2009 fue finalista del Premio Nadal, en su sexagésimo quinta edición, con “Libro del amor esquivo”.