La entrada en vigor ayer del plan de paz de Naciones Unidas y la Liga Árabe en Siria, que debe culminar con un alto el fuego antes de mañana, apenas dio sus frutos. Y es que, mientras el régimen de Damasco aseguró que el Ejército ya ha empezado a retirarse de algunas ciudades, los rebeldes negaron que se esté respetando la tregua, ya que la violencia continuó en el país con nuevos bombardeos sobre Homs y Hama, donde murieron al menos 62 personas. Por ello, los insurgentes apremiaron al presidente, Bachar al Asad, a cumplir con su compromiso y le dieron un plazo de 48 horas (hasta mañana por la tarde) para evacuar a sus tropas o, en caso contrario, volverán a las armas.
Según la propuesta de Kofi Annan, aceptada la semana pasada por el Ejecutivo, los militares debían abandonar las calles ayer para que, tanto las fuerzas gubernamentales como las opositoras pusieran fin a los enfrentamientos.
El Ejército Libre Sirio aseguró que está comprometido con el acuerdo, pero quiso remarcar que, «si el régimen continúa bombardeando con morteros y carros de combate y no acata el alto el fuego y retira los tanques y las tropas, reanudaremos la lucha para defender a nuestro pueblo», declaró un portavoz de esa milicia.
Mientras, el Consejo Nacional Sirio, la principal agrupación contraria a Al Asad, afirmó que, por ahora, no parece que las fuerzas del régimen estén respetando el alto el fuego. De hecho, los ataques se intensificaron en una jornada en la que las tropas del presidente acabaron con la vida de 62 personas en todo el país, 26 de ellas en la ciudad de Homs, que fue la localidad más afectada, con diversos bombardeos que también causaron heridas a otros 70 civiles.
Garantías a la onu
Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores, Walid al Mualem, aseguró que el Ejército «cumple» con el plan de Annan, al tiempo que añadió que «hemos liberado a numerosos detenidos que habían sido capturados a causa de los disturbios que habían cometido». «A pesar de todos los pasos positivos del Gobierno, hemos constatado un aumento de las operaciones militares por parte de los grupos armados y su expansión a otras provincias», lamentó.
Por ello, fue categórico: «Nosotros no pedimos garantías a los grupos terroristas, que están matando, secuestrando y destruyendo infraestructuras. Queremos que sea Annan quien nos las dé».
Por su parte, el exsecretario general de la ONU aseguró que aún es pronto para decir si su propuesta ha fracasado o no. Así, indicó que, según sus informaciones, el Ejército sí se estaba retirando de algunos municipios, pero también se había replegado por otras urbes.
El diplomático, de visita a los campos de refugiados en Turquía, donde el pasado lunes fueron abatidas dos personas por disparos de las fuerzas del régimen, insistió a ambos bandos que lo que tienen que hacer es «poner fin a la violencia».
