Sigo con preocupación, la deriva a la que se empuja a la ciudadanía con las mentiras, manipulación, desinformación, fake-news, falsedades en redes sociales y el todo vale con tal de dañar al oponente. Se utilizan ‘a sabiendas’ con la esperanza de que ‘algo de poso quede’ y que se produzca un ‘envenenamiento político de la ciudadanía, a pesar de vivir en pandemia’. ¿Es libertad para la mentira y la insumisión? ¿Para qué?
En esto la ultraderecha nos ofrece ‘máster completos’, pero ahora el PP se apuntó a esa táctica de ‘desgaste visceral’ para erosionar al Gobierno y al PSOE. Pero aprovecho para apelar a todos a la reflexión crítica, contrastar las informaciones, leer los textos legislativos y no dejarse llevar por los intentos de tergiversación.
Me produce vergüenza ese intento de utilizar los intereses de las personas y familias más vulnerables de la educación especial
Algunos ejemplos pueden ser los mantras o ‘artificiales mentiras’ que intentan crear con la nueva ley orgánica de educación. Me produce vergüenza ese intento de utilizar los intereses de las personas y familias más vulnerables de la educación especial diciendo que se van a cerrar los centros, cuando la realidad es que se va a reforzar en diez años la educación ordinaria para permitir la presencia de aquellos alumnos que así lo quieran, pero no se van a cerrar dichos centros especiales, nunca. Además el texto legislativo, proviene de una recomendación de una ‘peligrosa organización’ la ONU para favorecer la inclusión y evitar la discriminación.
Si hablamos de las lenguas o el castellano en las aulas, simplemente decir que se puede contrastar que el texto del art. 3 de la Constitución es el que tiene recorrido, sin más artificios y como el propio Tribunal constitucional interpretó. Y qué decir de la religión, el único cambio es que no será evaluable para becas o promoción como en otros muchos lugares de Europa.
Así es el PP, pero la ciudadanía lo sabe
Pero lo que más me llama la atención ahora es ver, que la moda de la derecha es utilizar la palabra ‘libertad’, para demandar o apoyar a la enseñanza concertada o privada. Me viene a la mente las ‘suculentas mordidas’ del Consejero del PP, Francisco Granados, en colegios concertados de la Comunidad de Madrid, será por esa libertad. Sinceramente los cambios no son así como los intentan vestir. Comprendo que les cuesta defender la escuela pública, les dan pavor las camisetas verdes y ahora reconocer el impulso a la escuela rural, las becas, la inclusión, etc. pero pedir la insumisión de los gobiernos autonómicos en su aplicación o mandar a sus cargos públicos a recoger firmas, incluidos los directores provinciales de educación es verdadero libertinaje. Así es el PP, pero la ciudadanía lo sabe.
Pero hoy 25 de noviembre, termino con: «Nos queremos, Vivas, Iguales y Libres».
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(*)Diputado del PSOE por Segovia.
