La Consejería de Agricultura y Ganadería ha levantado esta semana la orden que obligaba a las explotaciones avícolas situadas en el entorno de Fuenterrebollo, a guardar cuarentena por el brote de gripe aviar detectado el pasado 18 de enero.
La medida instaba a todas las granjas de aves a inmovilizar sus animales y someterlos a análisis periódicos. También se prohibió la celebración de ferias, mercados, exposiciones y otras concentraciones de aves. Del mismo modo había restricciones a los desplazamientos de huevos para incubar, de consumo y de productos de carne de aves.
La nave donde se detectó el contagio de gripe aviar de Fuenterrebollo, el primero que se daba en España en aves domésticas, ya puede volver a la actividad pecuaria, tras este periodo de cuarentena ya que no se ha detectado otro contagio en las inmediaciones. Como se recordará en esta granja de pavos hubo que sacrificar todos los animales, que tiene capacidad para 18.900 aves.
Pero las restricciones por encontrarse en zona de protección o vigilancia, afectaba a otras cinco granjas más. En Cantalejo había una nave con 40.000 pollos de engorde; en Cabezuela otra con 57.000 animales; en Valdesimonte, una granja con 25.200 pavos y otra con 300 ocas de puesta. Tampoco han podido recibir animales en este tiempo otra granja de pollos situada en Sebúlcor, y otra de perdices en Aldeonsancho.
A día de hoy, sin embargo, permanecen afectadas por restricciones similares, 18 explotaciones avícolas de la provincia de Segovia por los brotes de gripe aviar que se han detectado en la localidad vallisoletana de Íscar. El primero se declaró el 9 de febrero, y el segundo el día 18 de febrero, ambas dedicadas a la cría de gallinas ponedoras.
