Conocí a D. César muy poco después de tomar posesión de la sede episcopal segoviana; salía de la Catedral acompañado del entonces deán Ángel García Rivilla, muy buen y querido amigo nuestro desde hace muchos años, y nos le presentó, a mí como periodista. Desde entonces nos hemos encontrado numerosas veces en distintas ocasiones, y siempre, entre sonrisas, D. Cesar me decía: “Le leo”; y yo respondía, “Y yo también a usted.”
D. César es hombre muy enterado y entregado a la escritura. Ahí están, en la prensa local (en este periódico cada domingo) sus comentarios religiosos, en los que vuelca todo su conocimiento de las Sagradas Escrituras, comentarios en los que en más de una ocasión, por la claridad expositiva y por la forma sencilla de explicar, he encontrado respuestas claras y concretas a temas que -nos ocurrirá a todos- en alguna ocasión podríamos tener un poco confusos. Sus palabras, en sus homilías y escritos, son siempre convincentes.
La facilidad de pluma –supongo que hoy de ordenador-para desgranar sus enseñanzas del Evangelio, se extiende también a los varios libros que tiene publicados sobre investigación bíblica, los dos últimos en el 2021(“El desafío de la Fe. Encuentros de Jesús en el evangelio de Juan”) y en el 2023 (“La vida de Jesús según Juan”). Es un profundo estudioso y conocedor del evangelio de San Juan, y de ahí los títulos de los dos libros señalados. Tampoco se puede olvidar su faceta poética, porque su libro “Visiones” ha obtenido, por unanimidad, el XLIII Premio Mundial “Fernando Rielo” de Poesía Mística, al que se presentaron 268 obras procedentes de 22 países.
La profundidad de sus escritos es notable, en ocasiones un poco difícil de comprender para los no expertos en Teología y Doctrina de la Iglesia. Es seguro, pues, que D. César, ya como obispo emérito de Segovia, seguirá ahora con más tiempo por delante, aparte las misiones que se le encomienden en el futuro, con la publicación de nuevos libros en su línea teológica-catequética.
Durante los diez años que ha servido como obispo a la Iglesia Diocesana su labor ha tenido que ser intensa, y más en unos momentos como los que vivimos en los que mucha gente da espaldas a la religión, si bien pienso que buena parte de nuestra juventud actual conserva en su interior, en el fondo de sus creencias, un poso, mayor o menor, de las enseñanzas recibidas de sus profesores y dentro de las propias familias, en su mayoría en Segovia conservadoras de la fe que también recibimos, en su momento, por parte de nuestros mayores.
Sus visitas a las parroquias de los pueblos siempre han sido acogidas con el mayor interés por el vecindario, porque, hay que recordarlo, es en nuestros pueblos, de mayor o menor importancia, donde se siguen manteniendo, quizá con mayor devoción y recogimiento, las ancestrales celebraciones religiosas en honor de los patronos y patronas de las diversas advocaciones. Y asimismo las romerías, actuaciones piadosas que se mantienen, generalmente, dentro de los mismos ritos devocionales que les dieron origen.
En la confianza puesta en la Tercera Persona de la Trinidad, seguro que su sustituto en la silla episcopal, D. Jesús Vidal, continuará avanzando en la recuperación paulatina de la religiosidad que siempre ha distinguido al pueblo segoviano.
Paz en esta Navidad. Gracias a D. César Franco y bienvenido sea D. Jesús Vidal.
