El sector de la leche está atravesando uno de los mejores momentos de los últimos años, como consecuencia de la fuerte subida de las cotizaciones en origen, que ya cubren los costes de producción. Desde la Administración se prevé, igualmente, la posibilidad de un aumento de los precios al consumo, que la leche tenga un coste justo para todos y que deje de ser un articulo de reclamo barato. Para el ministro de Agricultura, Arias Cañete, se trata de una nueva situación en el sector, consecuencia, en su mayor parte, de las actuaciones llevadas a cabo por el Gobierno, mientras para los ganaderos se trata simplemente de una cuestión derivada de un recorte de la oferta y de una bajada de los precios de los cereales por las buenas cosechas.
Los costes han experimentado en esta campaña un fuerte comportamiento alcista. Frente a unas cotizaciones al inicio de la misma por debajo de los 0,30 euros litro, en los últimos meses han tenido un crecimiento sostenido hasta situarse, de media en julio, a 0,346 euros litro para seguir subiendo hasta posicionarse en este momento en 0,36, y con una clara tendencia a seguir creciendo en otoño.
Galicia, como primera comunidad productora con más del 40% de la oferta, ha sido tradicionalmente la zona donde los precios han mostrado una mayor resistencia al aumento.
Hoy, por el contrario, la situación es similar a la de otras regiones y está por encima de los 0,36 euros, a los que se suman otra serie de complementos por calidad o duración de las entregas. Estos precios son superiores en la zona centro y muy especialmente en Andalucía.
Tradicionalmente han sido algunas de las empresas nacionales como Pascual, o multinacionales como Danone, además de las cooperativas. Ahora, por el contrario, han variado las estrategias y la situación de cada grupo. Las compañías pioneras en meter presión a los precios en el campo para hacerse con su aprovisionamiento son aquellas productoras de leche y queso o solamente queseras casos de García Baquero, Reny Picot, Entrepinares o la propia Lactalis-Lauki, antaño a remolque de los mercados. No ha caído la demanda interior de queso y, sobre todo, parece están funcionando bien los mercados exteriores para determinados segmentos del producto. En el caso de Pascual, en medios ganaderos se destaca su posición reacia a las subidas en el campo, una situación que podría obedecer a dos razones. Primera, porque se trata de una empresa que mantiene su apuesta por la marca propia a un precio elevado en un mercado donde manda la marca blanca. Segundo, por atravesar una la delicada situación financiera, ya que firmó un junio un crédito sindicado de 300 millones.
¿Por qué suben los precios? El ministro de Agricultura señalaba recientemente que esto respondía al desarrollo de la política de contratos exigida desde le UE y apoyada por la Administración, así como por el acuerdo con industrias y la gran distribución para que el productor tenga un coste sostenible. La realidad, ni por una ni por otra razón. En la mayor parte de los contratos son las empresas quienes imponen los precios dado su mayor peso. En segundo lugar, los costes no han subido por el convenio entre industriales y la gran distribución porque ese compromiso no se cumplió en el pasado y está por ver cómo funciona la aplicación del logotipo de los Productos Lácteos Sostenibles como garantía de que se trata de leche española y comprada en el campo bajo contrato y a un precio justo.
La subida de los precios ha sido única y exclusivamente causada por la existencia de una menor oferta. En España debido al cierre de explotaciones de los últimos años y la imposibilidad de importar de otros países comunitarios como sucedía en el pasado. Hoy, la leche francesa se sitúa en una media de 0,48 euros litro debido al aumento de la demanda, sobre todo de Rusia y, especialmente, de China. Con los actuales precios, por encima de los 0,36 euros litro, la producción ha pasado a ser una actividad mínimamente rentable si se tiene en cuenta que han bajado algo y deberán seguir esa tendencia los costes de los piensos. Es curioso cómo cuando sube el cereal suben casi automáticamente los piensos, mientras cuando bajan, la fabricación no cede alegando tener cereal adquirido con anterioridad a precios más elevados.
