La trigésimo primera edición de la Feria Nacional de Artesanía de Segovia que se celebra hasta la noche del día 2 de mayo convierte la avenida de Fernández Ladreda en un gran centro de ventas donde el público puede adquirir las piezas realizadas en 46 talleres de España, pero además está siendo un gran foro de difusión del pasado y del presente de los oficios.
Un paseo por la feria permite escuchar continuamente conversaciones entre los visitantes y los expositores en las que se intercambian información sobre técnicas, materiales, últimas tendencias de diseño, investigaciones e historia del oficio en cuestión, vinculación con la localidad de origen del taller y detalles de piezas concretas. El público que viene a la feria de Segovia pregunta mucho y con criterio, es un público entendido y con interés. Esta valoración fue ayer expresada por varios artesanos que participan en la feria, unos que llevan años viniendo a Segovia y corroborando esta conclusión, como el grabador Phillippe Laffont, y otros que en su debut se han visto sorprendidos gratamente por el ambiente, como la ceramista Lola Royo.
Jesús de la Cruz, presidente del Gremio Artesanal Segoviano, que organiza la feria, ha indicado que “para nosotros es muy importante contribuir a poner en valor la artesanía y sabemos que para los artesanos, que pasan mucho tiempo solos en sus talleres, resulta estimulante el contacto con un público que se interesa por su trabajo”.
Para los organizadores de la muestra también ha resultado gratificante comprobar que los esfuerzos que han realizado este año para cambiar el montaje de la exposición, que ha estrenado casetas y distribución de espacios, han sido apreciados por los visitantes y porlos artesanos más fieles.
Primeros días
La trigésimo edición de la feria ha hecho su paso del ecuador con un buen ritmo de visitas y de ventas y sorteando la amenaza de lluvia, que para los dos días restantes se mantiene entre un 75 y un 85 por ciento de probabilidades. El jueves registró una jornada inaugural “muy buena”, el viernes mantuvo una actividad más sosegada pero constante, que se reforzó ayer con la llegada de turistas madrileños dispuestos a pasar el día en Segovia y hacer compras para celebrar el Día de la Madre, según la organización de la feria que espera vivir hoy una intensa jornada de ventas. Varios expositores consultados han indicado que los compradores no se están conformando con las piezas pequeñas y de precios económicos, sino que se están vendiendo muy bien obras de mediano y gran tamaño, de mayor complejidad de elaboración y valor económico. Parece ser, por las opiniones de algunos expositores y miembros de la organización, que la crisis ha depurado compradores, reforzando la presencia de coleccionistas y reduciendo el público que “solo se llevaba el cenicero o el llavero”, ha indicado Jesús de la Cruz, quien asegura que “lo bueno, como es la artesanía, no tiene crisis”.