Un año fructífero con claroscuros. Esta frase podría resumir la actividad desarrollada por la Iglesia en Segovia durante este año, marcado sin lugar a dudas por las actividades de la Jornada Mundial de la Juventud, que en sólo una semana consiguieron revitalizar la diócesis gracias al espíritu de los más de 3.000 jóvenes de todo el mundo que llenaron calles y plazas de la capital y de varias localidades de la provincia.
El obispo de Segovia subrayó la importancia de la JMJ en Segovia al igual que en toda España, y señaló que en la provincia «ya están comenzando a recogerse algunos frutos como el proyecto YouCat, en el que están participando más de 60 jóvenes para analizar y debatir el documento creado expresamente para estas jornadas». En este sentido, señaló su voluntad de mantener su participación en estos encuentros que se llevan a cabo de forma mensual y en los que ya se pueden ver importantes reflexiones sobre las que habrá que pensar».
La llegada de las religiosas Franciscanas de María Inmaculada a Cuéllar para colaborar en la vida parroquial y atender las necesidades de la residencia «El Alamillo» de Cáritas fue otro de los hechos significativos destacados por el obispo, que expresó su deseo de que 2012 pueda ser el año en el que la diócesis pueda encontrar una comunidad de religiosas para el Santuario de Nuestra Señora de la Fuencisla. En este sentido, señaló que los responsables diocesanos habían contactado con las religiosas de la comunidad «Iesu Communio», pero finalmente no han fraguado ya que el espacio con el que cuenta la Casa Rectoral resulta insuficiente para sus pretensiones.
En el aspecto negativo, el obispo no ocultó su preocupación por la pérdida de vocaciones sacerdotales, y lamentó que este año «nos han fallado dos seminaristas mayores, pero a cambio hemos recibido a cinco jóvenes sacerdotes, que para nosotros es una gran alegría». Además, señaló que el seminario menor en familia mantiene viva la llama con cerca de una decena de jóvenes con la esperanza de que alguno de ellos pueda tomar el relevo y decidirse por el ministerio sacerdotal.
La conservación del patrimonio preocupa también al obispo, en una provincia con 330 parroquias que atesoran un ingente número de templos y ermitas de gran valor cuyo mantenimiento es un escollo cada vez más difícil de salvar. La crisis económica y los recortes de las ayudas y subvenciones de las instituciones dificultan mucho esta tarea, por lo que monseñor Rubio señaló que «todos los meses tenemos que reunirnos para priorizar intervenciones, algo que no resulta fácil dado el estado de conservación de los templos».
