Bajo el lema Por la derrota del terrorismo: ETA fuera de las elecciones, unas 20.000 personas se manifestaron ayer en Madrid para exigir al Gobierno que impida a la banda presentarse a las elecciones del 22-M. A la marcha, convocada por la AVT, no asistió ningún miembro del PSOE a título oficial. Los populares, numerosos y encabezados por su secretaria general, Dolores Cospedal, sí quisieron solidarizarse con las víctimas. Y UPyD.
La concentración partió a las 17,00 horas, y en la plaza de Colón se leyó un manifiesto con intervenciones de afectados por la barbarie, como Mari Mar Blanco, hermana de Miguel Ángel Blanco.
El cierre corrió a cargo de la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, cuya hija Miriam falleció en los atentados del 11-M. Un minuto de silencio y el himno de España pusieron el broche de oro a una jornada histórica, ya que fue la primera vez en la que los 42 grupos de víctimas coincidieron en un acto de estas características. Voces contra el Terrorismo, liderada por el ex presidente de la AVT Francisco José Alcaraz llevó su propia pancarta: No más mentiras, no más treguas trampas, en mi nombre no.
Como era de esperar, predominaron los gritos contra La Moncloa, pidiendo la dimisión de Zapatero, así como la prisión para su segundo. Las referencias al caso Faisán fueron numerosas.
Pese al triunfo de convocatoria, Pedraza no ocultó su malestar por la ausencia de dirigentes socialistas en una marcha con un lema «tan impecable que tienen que defender todos los españoles». Desde el Gobierno, el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, mostró su «respeto» e indicó que el Ejecutivo les está «respondiendo».
Asimismo, la no presencia del jefe del PP, Mariano Rajoy, fue objeto de polémica. El dirigente conservador telefoneó a primera hora de la tarde a la presidenta de la AVT para excusarse y trasladarle «todo su apoyo». En Ponferrada, recibió el Micrófono de Oro por la Federación de Asociaciones de Radio y Televisión. Ésta le reprochó su actitud: «Cada uno sabe dónde puede y debe estar».
Sobre este asunto, el portavoz de Interior popular, Ignacio Cosidó, le quitó hierro al asunto: «Hay muchos militantes que no habrán podido estar por muchos motivos, pero todo el PP se ha sentido identificado y ha apoyado esta manifestación, que ha dado un mensaje muy contundente de que la gran mayoría de los españoles quieren a ETA fuera de las urnas».
El pesimismo lo protagonizaron Jaime Mayor Oreja y Carlos Iturgaiz, que dieron por seguro que, después del 22 de mayo, «ETA estará en los Ayuntamientos» como parte de un «proceso» acordado por el Gobierno y los criminales.
