El avance de las tropas de Gadafi sobre territorio rebelde es imparable. Si durante el fin de semana, los soldados leales al régimen libio conquistaban puntos estratégicos de los opositores, como el enclave petrolero de Ras Lanuf y el puerto de Briga, ayer la aviación del coronel volvía a bombardear la ciudad de Ajdaviya, principal nudo de comunicaciones al este del país, aunque al cierre de esta edición, el Ejército terrestre no habían consolidado su presencia sobre el municipio.
Los aviones castigaron duramente las posiciones rebeldes, principalmente puntos de concentración de milicianos y las apresuradas defensas que el domingo comenzaron a improvisar para asegurar el cierre del acceso a Bengasi, la capital insurgente y distante unos 150 kilómetros al oeste.
Los rebeldes, que mantienen la confianza en lograr el derrocamiento del coronel Muamar al Gadafi, aseguraron ayer a través de su portavoz, Mustafa Geriani, que habían retomado posiciones en Briga, donde murieron 25 milicianos y 40 fueron hechos prisioneros.
Geriani aseguró que los combatientes gadafistas capturados había relatado historias de penurias extremas y las pésimas condiciones de aprovisionamientos.
Asimismo, afirmó que muchos de ellos se había visto obligados a combatir a punta de fusil y cuestionó la entereza y determinación de los hombres movilizados para atacar a los milicianos, aunque admitió su mayor poder ofensivo.
El portavoz señaló que la situación en el frente de Briga está por el momento en tablas, aunque precisó que los rebeldes han variado sus tácticas de combate para atacar de noche y eludir el riesgo de la superioridad aérea y artillera de los gadafistas.
También cuestionó la disponibilidad de buques de guerra por el bando del coronel y añadió que si contaran con barcos de guerra no habrían recurrido a naves de carga con artillería montada para doblegar a los opositores en la costa.
El rebelde reiteró el llamamiento a la aprobación de la zona de exclusión aérea, aunque matizó que debe ir acompañada de bombardeos selectivos sobre los principales centros militares de Gadafi y sus nudos de comunicaciones.
Por otro lado, el coronel, aislado internacionalmente, trata de sortear el cerco diplomático internacional mediante la oferta de abastecimiento petrolero hecha ayer en persona a los embajadores de China, la India y Rusia.
El dirigente cuenta con la baza del crudo para intentar salir del boicot en el que se encuentra su régimen, al que EEUU, la Unión Europea y la Liga Árabe quieren someter a un embargo aéreo.
Por otro lado, los países del Golfo Pérsico enviaron ayer tropas a Baréin para mantener la seguridad, en una decisión criticada por los grupos opositores locales, que la consideran una ocupación y un acto de guerra contra la población civil.
La televisión estatal bareiní mostró imágenes de varios vehículos blindados circulando por las carreteras, sin especificar su país de origen, aunque la cadena por satélite qatarí Al Yazira señaló que se han desplegado ya unos 1.000 militares saudíes.
Desde la Casa Blanca descartaron que esta operación militar se trate de una invasión, sino que la considera un acto para mantener la seguridad.
