Cuando el pasado miércoles a las 20,42 de la tarde se paró el Alvia que tenía previsto llegar a Santiago de Compostela el día antes de la festividad del santo, no solo se rompieron la vida, los sueños y las ilusiones de las 78 personas que fallecieron en el accidente. También las de sus familiares y amigos. La vida sigue, pero ya no será la misma.
El dolor de todos ellos comenzó con una llamada al móvil que nadie contestó o con otra anunciando la fatal noticia. A partir de ahí, solo lágrimas y desesperación. Muchos se preguntan: «¿por qué a mí?». A esta cuestión no puede contestar nadie, pero a asimilar lo que ha pasado y a pasar el duelo ayuda el equipo de psicólogos y voluntarios que desde el primer momento se desplazaron a Santiago para consolar a la otra cara de la tragedia, los que se quedan con el inmenso vacío de haber perdido a un ser querido.
Son decenas de profesionales, muchos de ellos voluntarios, los que han estado día y noche con los familiares de las víctimas. Escenas, gestos, momentos e historias que no podrán olvidar nunca, a un lado y al otro de la tragedia.
Ayer, la Policía científica concluyó la identificación de los tres últimos cuerpos que aún estaban pendientes. Otro paso más que era necesario cerrar.
Como ha sido necesario que los familiares recogieran las pertenencias de sus seres queridos. Bolsos, carteras, chaquetas se entremezclaban ayer en el pabellón del Instituto Rosalía de Castro de la localidad, el lugar que ha sido habilitado para ello y que estará abierto también hoy y el lunes de 9,00 a 14,00 y de 16,00 a 22,00 horas.
Entre la mala suerte de viajar en el tren siniestrado y la mucha de salir con vida del accidente se encuentran los heridos, en este momento 71 ingresados, una treintena de ellos graves, entre ellos tres niños.
El apoyo ciudadano a estas víctimas ha sido clave en todo momento. De hecho, así lo quisieron constatar ayer sus familiares y amigos, que agradecieron el «apoyo ciudadano» y el «trabajo de los profesionales» sanitarios y de emergencias, así como de los «vecinos que ayudaron» a sus seres queridos. En declaraciones a los medios de comunicación, Nacho, amigo de un hombre de Valladolid de 42 años que permanece ingresado en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), agradeció «toda la sensibilidad ciudadana» mostrada. Asimismo, junto a los padres de su amigo, «que viajaba a Ferrol para encontrarse con su pareja», Nacho expuso que el paciente permanece en coma, pero «ha superado las 48 horas críticas, lo que es positivo».
Por su parte, otro de los heridos en el accidente, procedente de Valencia, y que viajaba «junto a dos tías», señaló que los servicios de emergencias funcionaron «muy bien», ya que en un tiempo «razonable» fueron trasladados al hospital para recibir atención.
De hecho, sus dos tías también permanecen ingresadas en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago.
Por su lado, el anestesista Pablo López destacó la «ejemplar reacción» que tuvo «todo el mundo» ante este accidente. «Nosotros porque trabajamos aquí y nos sale hacerlo, pero es que hay mucha gente que no tiene nada que ver con esto y ha hecho lo que ha podido», señaló.
