Las fuerzas kurdas de las Unidades de Protección Popular anunciaron ayer la expulsión de Estado Islámico de la ciudad siria de Kobani, que vuelve a estar bajo su control excepto en algunos puntos del sur, donde siguen los combates, aunque los yihadistas parecen estar batiéndose en retirada.
Los yihadistas lanzaron su ofensiva sobre Kobani coincidiendo con otro intento de avance en la ciudad de Hasaka, también en la parte norte de Siria. La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU calculó que unas 60.000 personas abandonaron sus hogares en esta segunda localidad.
Por otro lado, fuerzas kurdas y Ejército sirio libraron durante la noche varios combates contra Estado Islámico en Hasaka. Las unidades kurdas combatieron contra EI en el barrio de Ghwyran, en el sureste de la ciudad, cuya gestión es dividida entre el régimen del presidente Al Assad y las autoridades kurdas.