Las represivas campañas nacionales de seguridad puestas en marcha a lo largo de 2015 han supuesto un asalto contra derechos y libertades fundamentales, entre ellos, la libertad de prensa, como subrayan de forma conjunta Amnistía Internacional y Reporteros Sin Fronteras (RSF). Con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, ambas organizaciones denuncian que profesionales de la comunicación y otras personas que expresan sus ideas a través de los medios de comunicación tradicionales y en el ámbito digital sufrieron persecución, amenazas, encarcelamiento, secuestros, tortura e incluso fueron asesinados el año pasado.
Asimismo, expresan su preocupación por todos los casos en los que se vulnera el derecho a la libertad de prensa en el mundo y exigen el fin del acoso y el hostigamiento hacia periodistas, estudiantes, escritores, artistas, manifestantes o cualquier persona que busque expresar públicamente sus ideas. Asimismo, ambas organizaciones manifiestan u preocupación respecto a la “autocensura motivada por el miedo”. Según datos de RSF, en 2015 murieron 63 periodistas por causas relacionadas con el ejercicio de la profesión y otros 40 profesionales fueron asesinados sin que se conozca aún el motivo de su muerte. A estas cifras, se han de sumar las muertes de 19 periodistas ciudadanos y seis colaboradores de medios.
“Acusaciones como ‘incitar a la subversión contra el poder del Estado’, ‘difundir informaciones falsas’ o ‘incitar a la violencia’ se han convertido en la fórmula para hacer callar a quienes disienten de las opiniones de gobiernos o grupos armados”, denuncia el director de Amnistía Internacional en España, Esteban Beltrán. “La lucha contra el terrorismo está sirviendo de coartada para limitar en numerosos países la libertad de información con leyes represivas. Es el caso de Francia, Egipto, Rusia o Turquía”, subraya por su parte la presidenta de RSF en España, Malen Aznárez. Asimismo, pone el acento en que “diversos grupos armados realizan asesinatos, secuestros y ataques de todo tipo contra los periodistas y blogueros que se han convertido en sus objetivos”. Por ello, defiende que “es imprescindible establecer un mecanismo concreto para su protección que se aplique en la legislación internacional, como el puesto del Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas para la Seguridad del Periodista”.
Para ambas organizaciones, “un caso flagrante” es el del fotoperiodista egipcio Mahmud Abu Zeid, conocido como Shawkan, detenido desde agosto de 2013 por tomar fotografías de una protesta que fue violentamente reprimida por parte de las fuerzas de seguridad. El fotoperiodista “se enfrenta a cargos falsos específicos, entre ellos ‘ingreso en una banda criminal’, ‘asesinato’ o ‘participación en una concentración con fines de intimidar, crear terror y poner la vida de personas en peligro’”, recuerdan.
Sin emgargo, Mahmoud Abu Zeid ha negado todos los cargos, pero si es declarado culpable podría ser condenado a muerte. Su próxima vista judicial está prevista para el próximo 10 de mayo, por lo que Amnistía Internacional y RSF exigen “su liberación inmediata e incondicional”. Además, invitan a los internautas a utilizar el hashtag #FreeShawkan desde sus cuentas de Twitter para mostrar su apoyo al reportero egipcio encarcelado, apadrinado por periodistas de RSF España, y unirse así a la campaña internacional en favor de su libertad.
Por otra parte, ambas organizaciones llaman la atención sobre cuatro “puntos calientes” en lo que a la libertad de prensa se refiere en 2015. En el caso de Egipto, subrayan que, con 24 periodistas encarcelados durante 2015, es uno de los países donde más se ha restringido el derecho a la libertad de información. Además de a Shawkan, durante el año pasado se enjuició a varios periodistas que trabajaban para medios informativos críticos con las autoridades egipcias o vinculados con grupos de oposición por divulgar “noticias falsas”, entre otros cargos penales de motivación política.
En lo que se refiere a Turquía, fue el país europeo que más periodistas encarceló en 2015, entre ellos al director de ‘Cumhuriyet’, Can Dündar, y a su redactor jefe Erden Gul, acusados de espionaje, divulgación de secretos de Estado y colaboración con una organización terrorista, tras publicar en el diario que los servicios de Inteligencia habían transferido armas a un grupo armado en Siria, en 2014. De ser declarados culpables podrían ser condenados a cadena perpetua.
En México, continuaron las amenazas, el acoso y los homicidios contra periodistas y defensores de Derechos Humanos a pesar de la existencia del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, aprobado en 2012. Por último, en Rusia, el control directo del Estado sigue siendo el mayor obstáculo para la libertad de prensa, en opinión de las dos organizaciones. Durante 2015, la política editorial de la mayoría de los medios de comunicación reprodujo fielmente las opiniones oficiales sobre sucesos clave del ámbito nacional e internacional al tiempo que las autoridades ampliaban su control sobre Internet, procediendo al cierre de miles de web.
