Las grandes empresas, aquellas cuya facturación es superior a los seis millones de euros al año, acumulan hasta abril un incremento medio de sus ventas cercano al 6% respecto al mismo periodo de 2014. Sin embargo, este repunte de su facturación no se está traduciendo en grandes subidas salariales, ya que siguen apostando por una moderación en los sueldos.
De hecho, el salario medio bruto de las grandes empresas subió una media del 0,7% en los cuatro primeros meses del año en relación al mismo periodo de 2014. De esta forma,aumentó hasta rondar los 2.150 euros mensuales, según datos de la Agencia Tributaria.
Este repunte medio en los salarios que perciben los trabajadores de las grandes empresas coincide prácticamente con el registrado hasta abril por la negociación colectiva. En concreto, según la estadística de convenios del Ministerio de Empleo, la subida salarial media pactada en los convenios colectivos registrados hasta abril alcanzó el 0,71%.
Tanto la variación salarial pactada en convenio como la aplicada por las grandes empresas, —éstas se rigen por convenios colectivos propios— supera en 1,3 puntos la tasa del IPC interanual de abril (-0,6%). Tasa que fue publicada por el Instituto Nacional de Estadística
A la luz de estas cifras, la moderación salarial parece seguir siendo una seña de identidad a la hora de abordar la política retributiva en las empresas.
El Acuerdo Interconfederal de Negociación Colectiva (AENC) para el periodo 2012-2014, que ha sido la guía de los negociadores de convenios colectivos (sindicatos y empresas) hasta hace bien poco, apostaba por salarios moderados, con subidas cercanas al 0,6%.
El nuevo pacto de convenios, (firmado hoy por los agentes sociales y los representantes del colectivo de empresarios) que sustituye al mencionado acuerdo y que abarca el periodo 2015 y 2017, apuesta, en cambio, por subidas salariales de hasta el 1% este año y de hasta el 1,5% en 2016, al calor de la recuperación económica.
Lo cierto es que las grandes empresas venden más que antes e incluso más que antes de la crisis. El ritmo de crecimiento de su facturación (5,9% hasta abril) es, por ahora, el registro más elevado a contar desde el año 2000.
Y aunque sus mayores ventas no se estén traduciendo en notables subidas salariales (el hecho de tener una inflación negativa también contribuye a la moderación de los salarios), sí parece que está teniendo reflejo en el empleo. Es decir, las grandes empresas no están aprovechando sus mayores ventas para subir salarios, pero sí para crear empleo. De hecho, sus plantillas se han visto incrementadas en un 2,8% hasta abril.
Tras seis años recortando su facturación (periodo comprendido entre 2008 a 2013), las grandes empresas comenzaron a registrar crecimientos en sus ventas en el otoño de 2013. A pesar de que aquel año no cerraron en positivo, sí lo hicieron en 2014, cuando sus ventas se incrementaron un 2,4%.
