El afán de los socialistas por rentabilizar cada nueva redada contra ETA lleva con frecuencia al Ministerio del Interior a magnificar la relevancia de los terroristas detenidos. De ese modo, casi cada captura se convierte, oficialmente, en una especie de puntilla definitiva a la banda, circunstancia que luego, con la siguiente operación, queda desmentida o, cuanto menos, matizada.
Sin que ello suponga restar mérito a las Fuerzas de Seguridad, lo cierto es que ayer esas contradicciones quedaron nuevamente de manifiesto. Fue así hasta el punto de que el Ministerio del Interior aseguraba por medio de una nota que el detenido Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, alias Ata, sustituyó a Garikoitz Azpiazu Rubina, Txeroki, al frente del aparato militar tras la detención de éste en noviembre de 2008, e incluso le considera «el autor intelectual de todas las acciones cometidas por la banda desde esa fecha», es decir, desde el asesinato del empresario Ignacio Uría el 3 de diciembre de 2008, al atentado que acabó con la vida de Eduardo Puelles en Arrigorriaga el 19 de junio de 2009, o el más reciente en el que el murió un gendarme.
Sin embargo, el ministro del ramo, Alfredo Pérez Rubalcaba, tan solo vinculó a dicho terrorista con el traslado a Portugal de una furgoneta cargada con material para fabricar explosivos que fue intervenida en el pueblo zamorano de Bermillo de Sayago en enero, así como con el atentado en el cuartel de la Guardia Civil en Burgos y el asesinato en Palma de Mallorca de los agentes del Instituto Armado Carlos Sáenz y Diego Salva el pasado verano. De hecho, la Audiencia solo le reclama por el traslado de la mencionada furgoneta.
Asimismo, cabe resaltar que el papel atribuido ayer a Carrera Sarobe contradice las informaciones de Interior que en su día atribuyeron la sucesión de Txeroki, considerado el último gran jefe de la banda, sucesivamente a Aitzol Iriondo, Jurdan Martitegi e Ibon Gogeaskoetxea, tres nombres que ayer ni siquiera se mencionaron.
Pese a tales discrepancias el socialista sí explicó que, desde el arresto en mayo de 2008 de Javier López Peña, Thierry, han caído otros cinco números uno, incluido quien fuera presentado como jefe político de la banda, Aitor Elizarán, detenido en octubre de 2009.