El portugués Cristiano Ronaldo cumplirá seis meses en el Real Madrid entre la brillantez de los goles y el liderazgo en el campo del equipo blanco, pero con las sombras que provocan su comportamiento, con dos expulsiones similares, respondiendo con una agresión los estrechos marcajes de sus rivales.
Al extremo le gusta ser el centro de atención y no lo disimula. Prefiere serlo por méritos deportivos, pero el astro luso está sacando a relucir en España su cara más provocadora con declaraciones que levantan animadversión en estadios que no son el Santiago Bernabéu, y con acciones de indisciplina sobre el campo.
Llegó al Real Madrid por 94 millones de euros, una cantidad que aseguró pagaría por sí mismo; y a diferencia de otros futbolistas no necesitó un período de adaptación a un nuevo estilo de fútbol. Desde el primer día aportó una tremenda pegada y ha dado a Manuel Pellegrini un buen rendimiento como extremo o en la posición de segundo delantero.
Sus números hablan por sí solos. Pese a la lesión de tobillo que le mantuvo dos meses en el dique seco, es el máximo goleador de la Liga de Campeones, con seis tantos en cuatro encuentros (una media de diana y media por partido), y el sexto de la competición doméstica, con nueve en 11 compromisos (0,81 de media).
El madridismo disfruta de su verticalidad, la calidad técnica que muestra, sus disparos con las dos piernas, sus testarazos y los lanzamientos de faltas. Las virtudes que le condujeron en el Manchester United a ser proclamado el mejor futbolista del mundo.
Pero entre las luces se han colado un buen número de sombras. Ángel y demonio en unos segundos, se ha convertido en el jugador del Real Madrid más odiado, insultado en todos los estadios que visita, y donde, además, no ayudan sus gestos.
En San Mamés, hace poco más de una semana, amagó con lanzar un balón con las manos a un aficionado y, en otras ocasiones, realiza malabares con el esférico cuando va a sacar de banda. En el Bernabéu se quitó la camiseta tras un gol intrascendente. Es su personalidad y no piensa cambiarla.
Lo que sí ha modificado de su etapa en Inglaterra ha sido lo de exagerar las caídas. Confiesa que no se tira nunca. Y lo demostró en su última acción polémica.
La primera llegó ante el Almería, cuando respondió a un golpe en la nuca con una fuerte patada por detrás a Juanma Ortiz. Fue expulsado y recibió un partido de sanción, ausentándose del complicado encuentro en Mestalla frente al Valencia.
Su segunda acción polémica llegó el pasado domingo contra el Málaga en el coliseo ‘merengue’. Agarrado por el danés Patrick Mtiliga, que quería frenar un contragolpe, soltó el brazo para zafarse hasta que golpeó su rostro y le fracturó los huesos de la nariz.
Pidió perdón en el vestuario del conjunto andaluz y, en sus posteriores declaraciones, explicó sus intenciones. Es un ganador. Le sobra ambición. Nunca frena sus ganas de brillar, de seguir la jugada pese a que un duelo esté sentenciado, pero debe aprender a controlar sus impulsos cuando es víctima de alguna entrada y en el trato con los colegiados para no acabar sintiéndose perseguido.
Su acción de indisciplina con Mtiliga espera sanción del comité de competición de la LFP. El club espera entre uno y dos choques de castigo por su arrepentimiento. Lo que sí es cierto es que recurrirá la sanción tras comprobar que el acta del colegiado Pérez Lasa señala que «el futbolista golpea con el brazo en la cara a un rival provocando hemorragia».
El Real Madrid protege de nuevo a su estrella, que se perderá otro encuentro clave en la lucha por el título. La ‘maldición de Riazor’, donde el Real Madrid no ha ganado en los últimos 18 años, no contará para su fin con el ‘factor Cristiano’. Firma seis meses de brillantez y polémica.
Reacciones de los medios
Tras su acción contra Mtiliga, Cristiano Ronaldo recibió las críticas generalizadas de los medios, un incidente que volvió a poner en relieve lo que algunos calificaron de un carácter a lo Jekyll y Hyde.
«Cristiano, héroe y villano» (El País), «Cristiano Ronaldo, ángel y demonio» (La Razón) y «Doctor Cristiano y Míster Ronaldo» (Marca), fueron algunos de los titulares de la prensa española del lunes.
«La enésima idiotez del portugués esta temporada. Alguien tiene que sentarse con el chico a explicarle de qué va esta movida porque así no se puede ir por la vida», reza el Marca.
«Solo le queda reflexionar sobre sí mismo, descubrir cómo quedarse con los goles y exorcizar sus demonios sin que su personalidad, su voracidad, se resienta», publicó El Mundo.
