Los presidentes de las nueve diputaciones de Castilla y León rechazan unánimemente la sugerencia lanzada por Blanco de suprimir esas instituciones para aligerar las arcas del Gobierno. Tras recordar que para ello tendría que modificarse la Constitución Española, todos subrayan que su desaparición supondría una condena para los municipios con menos de 1.000 habitantes, y recalcan su papel fundamental para preservar «un desarrollo territorial equilibrado» en todo el Estado.
Ávila. El presidente de la Diputación de Ávila, Agustín González, asegura que el 90 por ciento de los municipios atravesarían una situación muy complicada y prácticamente desaparecerían si desapareciesen las diputaciones, especialmente en Ávila, donde hay sesenta municipios con menos de 100 habitantes y menos de veinte superan los 1.000.
En este sentido, González insistió en que los municipios menores de mil habitantes «estarían abocados a desaparecer por inanición» sin diputaciones.
Burgos. El presidente de la Diputación de Burgos, Vicente Orden Vigara, tachó de «disparate» la propuesta. y manifestó que supondría dejar «abandonados» a los pueblos. Sin embargo, señaló que deben adaptarse a las circunstancias actuales porque «lógicamente la situación política ha cambiado». En cuanto al gasto que suponen estos organismos, el presidente burgalés dijo que «si hay alguien austero, ésas son las diputaciones».
León. La presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, prefiere no entrar en el debate, aunque considera que se trata de «una cortina de humo» generada por el PSOE con el fin de «desviar la atención sobre otros temas graves».
Palencia. El presidente palentino, Enrique Martín, considera que el papel de las diputaciones «hoy por hoy es fundamental» y apunta que «son igual de necesarias que hace 200 años cuando se crearon». «Que pregunten a los vecinos del medio rural, qué pasaría y cómo se resentiría su calidad de vida sin recibir ciertos servicios», dijo.
Martín recuerda que las diputaciones prestan asistencia técnica, económica y jurídica, colaborando en mejorar las dotaciones de los pueblos. «Muchos se quedarían sin prestaciones de primera necesidad, obras básicas o el acceso a la señal de televisión, telefono o nuevas tecnologías», recuerda.
Salamanca. La presidenta de la Diputación de Salamanca, Isabel Jiménez, asegura que sin la institución «muchos» ayuntamientos no podrían subsistir. Así, explicó que 332 consistorios salmantinos tienen menos de 1.000 habitantes. En el contexto actual, «las diputaciones son imprescindibles».
Segovia. Javier Santamaría, presidente segoviano, asegura que las diputaciones garantizan la «igualdad y homogeneidad de los servicios públicos para todos sus habitantes, aunque residan en municipios pequeños». Santamaría muestra su «preocupación» por las pretensiones del Gobierno de extinguir estos organismos, aunque reconoce que pueden requerir «ciertas adaptaciones» para prestar nuevas competencias.
Soria. El presidente en funciones de Soria, Antonio Pardo, atribuye las declaraciones de Blanco, a su «desconocimiento» de la función que cumplen los organismos provinciales. Según explica, no se puede concebir la relación con los ayuntamientos sin una institución como las diputaciones.
Valladolid. El presidente de la Diputación de Valladolid, Ramiro Ruiz Medrano, reivindica la «insustituible labor» encomendada a las instituciones provinciales. «Con la estructura poblacional que tenemos, las diputaciones son absolutamente necesarias y relevantes políticamente como soporte de los municipios», apunta.
«La importancia de sus funciones, configura a la diputación como un ente intermedio necesario en un Estado moderno. Las reformas deben ir encaminadas a modernizarlas y regenerarlas», afirma.
Zamora. El presidente zamorano, Fernando Martínez Maillo, aseguró que «defender las diputaciones es defender al medio rural, que es fundamental para España».
