El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, reveló que en los últimos días de conversaciones sobre el programa nuclear de Irán hubo “progresos sustanciales” con el surgimiento de “nuevas ideas”, pero alertó de que la prórroga de las negociaciones no hará más fácil llegar a un acuerdo definitivo.
“En estos últimos días en Viena, hemos hecho progresos sustanciales y reales, han surgido nuevas ideas”, dijo a la prensa, subrayando que, a pesar de ello, aún hay “algunos puntos significativos de desacuerdo”.
Kerry expresó el deseo de todas las partes de llegar a un acuerdo. “Si podemos hacerlo antes, queremos hacerlo antes, pero las negociaciones no van a ser más fáciles solamente porque se hayan prorrogado. Han sido duras, son duras y van a ser duras”, aclaró.
Además, el jefe de la diplomacia estadounidense reveló que, durante la nueva prórroga de las conversaciones nucleares, no habrá más derogaciones de las sanciones impuestas a la República Islámica por su industria atómica.
Acuerdo preliminar
Hace un año, el Grupo 5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, China y Rusia) e Irán lograron cerrar un acuerdo preliminar de seis meses de duración, por virtud del cual Teherán se comprometió a congelar parte de su programa nuclear a cambio del levantamiento de algunas sanciones.
Los siete interlocutores acordaron el pasado mes de julio darse cuatro meses más, oncretamente hasta el 24 de noviembre, para tratar de llegar a un acuerdo definitivo sobre el programa nuclear iraní, tras admitir ambas partes que persistían las “diferencias significativas”.
Sin embargo, en las últimas semanas las partes no pudieron cerrar un texto definitivo, por lo que decidieron darse hasta el próximo 1 de julio para zanjar de una vez por todas la controversia sobre el programa nuclear iraní.
Los escollos se han centrado hasta ahora en cuestiones como el número de centrifugadoras que podría mantener la República Islámica, que incluso ha desarrollado nuevos modelos, y el levantamiento de las sanciones, según fuentes diplomáticas.
El acuerdo definitivo contemplaría que Irán pueda mantener un programa de enriquecimiento de uranio pero dentro de unos términos pactados y limitados. A cambio, la República Islámica debe despejar todas las dudas sobre la naturaleza exclusivamente pacífica de su programa nuclear.