Finalmente, las previsiones meteorológicas que anunciaban una pequeña tregua en la inestabilidad que ha sufrido Segovia a lo largo del fin de semana se cumplieron, lo que hizo posible el desarrollo de la procesión, que ha partido desde la Puerta de San Frutos de la Catedral pasadas las 20,35 horas.
No obstante, en algún momento del recorrido se desplegaron los paraguas por lluvia intermitente, aunque débil. Esto provocó que las imágenes de Aniceto Marinas, de San Millán, o la del Cristo Yacente, de Gregorio Fernández, acompañada por los feligreses de San Andrés, realizaran el recorrido con protección.
En la calle, cerca de 5.000 personas, según fuentes de la Policía Local, se congregaron para presenciar el desfile procesional, que cubre en cerca de dos horas los apenas 850 metros que separan la Plaza Mayor de la Plaza de la Artillería, lugar desde donde las Cofradías regresan a sus parroquias de origen.
La nota característica de este año ha sido la ausencia de la Cofradía de Exalumnos Maristas, que a primera hora de la mañana decidieron no realizar el traslado procesional de sus imágenes hasta la Catedral ante el riesgo de lluvia, que no ha dejado de caer de forma intermitente a lo largo del día en la capital.
A lo largo de la mañana, las cofradías que ayer no pudieron realizar el traslado de sus imagenes fueron llegando a la Catedral para realizar la preceptiva estación de penitencia previa al inicio de la procesión, a las que se sumaron las de Los Gascones y San Millán, que cumplieron el horario de traslado inicialmente previsto en el programa oficial.
Como siempre, las autoridades locales y provinciales, encabezadas por el alcalde, Pedro Arahuetes, con la corporación bajo mazas, asistieron a la procesión acompañando a la imagen de la Soledad Dolorosa del barrio de Santa Eulalia, que habitualmente cierra el cortejo procesional.