El Museo de Segovia ha elegido las bulas de indulgencia para la Catedral como pieza desconocida del mes de septiembre, dentro del ciclo de propuestas culturales dirigidas a todos los usuarios y visitantes. Esta actividad tiene como objetivo promover el conocimiento de aquellos objetos singulares y desconocidos que no suelen estar incluidos en la exposición permanente de este centro, según explicaron fuentes de la Junta de Castilla y León.
La pieza, que podrá verse en el centro cultural durante el mes de septiembre y parte de octubre, consiste en un pliego de papel, con medidas de 440 por 290 milímetros, que contiene cuatro bulas de indulgencias para la fábrica de la Catedral de Segovia. Una bula de indulgencias es un documento papal que concedía algún tipo de indulgencias, para la vida o para después de la muerte, a cambio de su adquisición. La finalidad de la emisión y venta de estos documentos era la recaudación de fondos para la Cruzada contra los turcos, la guerra de Granada, la construcción o reparación de una catedral, la redención de cautivos o la ayuda a hospitales o cofradías.
El pliego que se muestra en el museo fue hallado, junto con otras 60 piezas, en la intervención que se realizó en la iglesia de San Esteban de Cuéllar. La circunstancia de su hallazgo en un sepulcro, entre el sudario del cuerpo momificado de Isabel de Zuazo, mujer del regidor Martín López de Córdoba Hinestrosa, lo convierten en algo excepcional, y pudo recuperarse gracias a la actuación del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León.
Las bulas son de difuntos y están emitidas por la Catedral de Segovia para el sagrario y obras. Las otorgó el racionero Pedro Alfonso en sede vacante, tras el fallecimiento de Juan Arias Dávila y poco antes de que fuera nombrado obispo Juan Arias del Villar.
Esta pieza tiene gran valor por ser un incunable hasta ahora desconocido, por ser para la fábrica de la catedral segoviana y, además, por conservarse el pliego completo con cuatro buletas compuestas simultáneamente, pues lo habitual es que se fragmenten, como detallaron las mismas fuentes del Gobierno regional.
Dado que no había imprenta en aquellas fechas en Segovia, la impresión se realizó, hacia enero de 1498, en las prensas de Juan de Porras, ubicadas en Salamanca, lo que se deduce a partir del estudio de la tipografía, una gótica hispana 91 G. Al imprimirse simultáneamente las composiciones son distintas, lo mismo que ocurre con los sellos del cabildo segoviano.
En las bulas aparece a mano, en letra gótica cursiva cortesana, el nombre del tomador y la firma del administrador de las bulas. También se conserva, de otro ejemplar, el medio pliego de la derecha que adquirió Martín López para el beneficio del alma de sus padres.