Las dos bombas utilizadas en el atentado de la maratón de Boston, en la que murieron tres personas y más de 260 resultaron heridas, fueron detonadas con mandos de coches teledirigidos, según informaron ayer fuentes de la investigación. «Se usó un mando a control remoto de coches de juguete», explicaron. «Esto da a entender, y además lo ha confirmado el sospechoso que ha sobrevivido, que habían conseguido información sobre cómo fabricar el artefacto a través de un artículo de la revista Inspire llamado ¿Cómo construir una bomba en la cocina de tu madre?», agregó.
Asimismo, la Policía indicó que se habían empleado explosivos procedentes de una tienda de fuegos artificiales de New Hampshire. «Uno de los hermanos, el mayor, fue a la tienda en New Hampshire y pidió los explosivos más volátiles para conseguir el mejor estallido», recalcó.
Por otro lado, Dzhokhar, el único de los dos sospechosos que permanece con vida, estaba desarmado en el momento del asalto del FBI al pequeño barco en el que se había atrincherado el pasado viernes. Así lo detallaron diversas fuentes oficiales de seguridad a The Washington Post. Una información que discrepa de la versión del gobierno, que insiste en que Tsarnaev estaba fuertemente armado en el momento del asalto, había respondido a tiros a los agentes e, incluso, se había disparado a sí mismo en un intento fallido de suicidio.
Mientras, los padres de los presuntos autores de la matanza aseguraron que viajarán desde Rusia hasta Estados Unidos para enterrar a su hijo mayor. «No tengo malas intenciones y no pretendo hacer explotar nada», declaró el progenitor, Anzor Tsarnaev. «No estoy enfadado con nadie, solo quiero saber la verdad», agregó.
«Quiero decirle al mundo: ¿Qué hicisteis con mi hijo? Estaba vivo. ¿Por qué tuvisteis que matarlo? ¿Por qué no lo llevasteis a Guantánamo?», lamentó la madre, Zubeidat, quien señaló que «hay demasiadas cosas sin explicar».
Además, las autoridades de Moscú alertaron a las de Washington en «múltiples ocasiones» sobre Tamerlan Tsarnaev, según revelaron fuentes oficiales. De hecho, el FBI insistió en que el joven fallecido estuvo bajo su investigación desde 2011 por su adhesión a una corriente radical del Islam.
