La epidemia de El Prat vuelve a sacar el debate sobre las bajas injustificadas. En España se pierden al año unas 223 millones de horas de trabajo por este truco, lo que supone un coste para las empresas de 9,1 billones de euros, según un estudio publicado esta semana por Aon Consulting, que precisó que durante el Mundial se disparó la picaresca.
De acuerdo con este informe, realizado entre más de 7.500 trabajadores en 10 países, el 22% de los nacionales encuestados afirma que la última vez que se tomaron este peculiar asueto fue por motivos personales, lo que representaría cerca de 28 millones de días al año de ausencia laboral no justificada. Otro 13% lo hizo para atender a algún familiar.
Según Aon, cada año se registran más de 125 millones de días de baja por enfermedad. Asumiendo que un 22% de los asalariados que se ausentan es por dudosa patología y que la media de la jornada laboral está en ocho horas, se estima que anualmente se roban más de 220 millones de horas. Así, se llega a los 9,1 billones de euros.
Los españoles son los que más alegan haberse ausentado del trabajo por motivos personales (22%), seguidos de los ingleses y los irlandeses (21%). En el otro lado de la tabla, aparecen los daneses (4%).
El director de la consultora, Jorge García-Perrote, subrayó que el impacto directo del absentismo injustificado en los índices de productividad y en la cuenta de pérdidas y ganancias de las empresas hace imprescindible abordar este problema «de forma inmediata».
Asimismo, el estudio refleja que un tercio de los voluntarios cree que unas condiciones laborales flexibles les ayudarían a no mentir. La misma proporción aboga por que la compañía implante días sociales para atender asuntos personales no médicos, mientras que uno de cada cuatro reclama que se instaure atención médica en la empresa. El 16% cree que el absentismo laboral se reduciría si existiesen incentivos salariales.
El porcentaje español de ausencias injustificadas al trabajo es de los mayores entre los países participantes en este estudio, siendo la media de un 26%. Con estos datos, no es de extrañar que el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, prometa mano dura para el caradura.
Posiblemente, lo que está sucediendo en la terminal de Barcelona ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia del Gobierno, y más en estos tiempos. Porque nadie habla de que en Jerez, en la época de la vendimia, son muchos los operarios que caen con gripe. Aviar si hace falta.
