El personal médico de la compañía aérea Lufthansa no informó a las autoridades alemanas de que el copiloto del avión sospechoso de haber estrellado el avión de Germanwings en Los Alpes, Andreas Lubitz, padecía una depresión severa, según informaron fuentes de la Oficina Federal de Aviación de Alemania (LBA).
“La LBA no ha sido informada de que L. (Lubitz) necesitaba tratamiento”, sentenció la organización en un comunicado en el que ratifica que, a fecha del 27 de marzo —tres días después del siniestro—, no contaba con “ninguna información acerca de los antecedentes médicos” del copiloto.
Este comunicado no recibió aún ninguna contestación por parte de la aerolínea Lufthansa, que operaba el vuelo siniestrado a través de su rama de ‘low-cost’, Germanwings. El incidente se saldó con 150 fallecidos, la totalidad de los ocupantes del avión.
La compañía aérea estaba obligada a informar de esta circunstancia —así como de cualquier otro tipo de problema grave que pudieran padecer sus pilotos— a la autoridad civil de aviación de Alemania. En este sentido, la investigación sobre el siniestro reveló que Lubitz recibía tratamiento psiquiátrico y tomaba antidepresivos, tranquilizantes y otros medicamentos.