Las tres simpáticas turistas chinas que ayer recalaron en Segovia no salían de su asombro al encontrar bajo los arcos del Acueducto a una multitud de mujeres vestidas con hermosos y recargados trajes que bailaban sin descanso a los sones de la dulzaina y el tamboril. Sus cámaras fotográficas no dejaban de fotografiar cada detalle de esta peculiar concentración, en la que las mujeres que forman parte de las asociaciones dedicadas a Santa Águeda se dan cita anualmente para tributar su particular homenaje a la Virgen de la Fuencisla.
Mientras la logística de la prueba deportiva Sanitas Marca Running Series terminaba de recoger los puestos de la línea de llegada, las aguederas comenzaban a llegar a media mañana a la Plaza de la Artillería, fieles a la cita marcada por la organización.
Las primeras en llegar fueron las aguederas de Navafría y de Casla, y poco a poco fueron llegando el resto de las mujeres representantes de las distintas asociaciones participantes. Para amenizar la espera, nada mejor que el baile de jotas y la degustación de bollos y rosquillas caseras con las que se hizo más llevadera la organización del cortejo.
Una vez reunidas, las asociaciones de Nueva Segovia San José, La Granja, Valsaín, Aldeanueva del Codonal, San Frutos, Casla, Navafría, San Lorenzo, Villovela, El Salvador, Santo Tomás, Bernuy, El Espinar, Cristo del Mercado y Cantimpalos, -incorporándose en el Santuario la asociación de aguederas del Casino de la Unión- comenzaron su peregrinación hasta el santuario de la patrona de Segovia, manteniendo siempre el ánimo alegre y espoleadas por una magnífica temperatura primaveral que propició un agradable paseo.
A las 13,30 horas, conforme a lo previsto por la organización, las mujeres hacían su entrada en el santuario de la Virgen de la Fuencisla, cuyo aforo resultó insuficiente para albergar a todas las aguederas que conformaron el cortejo, así como a las que esperaban ya en su interior la llegada de sus compañeras.
Una vez en el templo, dio comienzo la misa solemne, en la que las aguederas realizaron una ofrenda floral antes de su inicio, así como otra de frutos de la tierra durante el ofertorio.
Finalizada la eucaristía, las aguederas concluyeron la jornada festiva con un almuerzo en el Restaurante Lago, donde se mantuvo el ambiente festivo y la cordialidad que reinaron durante el evento.
