La celebración de la séptima edición de la ‘Noche en Blanco y Negro’ de la Diputación transformó la localidad de Prádena en un escenario mágico el sábado, 27 de julio. Este evento cultural, que ya se ha consolidado como un referente en la provincia, ofreció una noche inolvidable llena de talento y diversidad musical que no quisieron perderse el presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente y el vicepresidente y titular de Cultura, José María Bravo.
El festival de pianos en el exterior contó con seis agrupaciones musicales que deleitaron al público durante más de cuatro horas con un variado repertorio de ritmos que fue desde la música de cámara hasta la folclórica, pasando por el pop, el flamenco fusión, el jazz, el soul o rhythm and blues. Todo ello en tres escenarios ubicados en diferentes puntos emblemáticos del municipio que aportaron una atmósfera única a una estupenda noche de verano.
La parte trasera de la iglesia de San Martín ofreció un telón de fondo histórico para las interpretaciones más íntimas y clásicas. La Plaza Mayor de Prádena se convirtió en un vibrante punto de encuentro, mientras que el Antiguo Telar, situado en la pintoresca zona de El Enebral, añadió un toque de rusticidad y nostalgia, creando un ambiente perfecto para las actuaciones más emotivas..
CONCIERTOS Y VELAS
El evento comenzó a las 19:30 con el espacio de ‘Piano libre’, donde varios pianistas amateurs y estudiantes mostraron sus habilidades con improvisaciones y actuaciones espontáneas, fomentando la participación y la creatividad. Y a partir de las 20:30 comenzaron simultáneamente las diferentes actuaciones en los tres escenarios.
El pianista Manuel Tévar, junto con la clarinetista Irene Ces, agrupados en el Dúo Bela Kovacs, interpretaron algunos tangos de Piazzolla, obras de Klezmer y clásicos de Cinema Paradiso. Luego, la polifacética compositora Erika López mostró su versatilidad como artista fusionando temas de pop con ritmos de folk y de jazz, y aderezando cada obra con una voz cargada de personalidad.
Por su parte, los hermanos Yael Levi y Darío Meta cautivaron al público con sensibilidad y pasión a partes iguales, en un repertorio de rhythm and blues y new soul, incluyendo temas de Amy Winehouse. Por su parte, los amantes del flamenco tuvieron la ocasión de disfrutar del bajista Kostan González y de uno de los pianistas flamencos más importantes de nuestro país, Lorenzo Moyá, que se arrancaron por bulerías y rindieron su particular y humilde homenaje a Paco de Lucía.
El maestro Moriles y ‘El Buho’ Vidaechea rindieron culto a la improvisación con un repertorio jazzístico que también quiso hacer un guiño al sur con el tema final: ‘La Leyenda del Tiempo’, de Federico García Lorca y Ricardo Pachón. Y, finalmente, Sandra Cassanova y Vicente Uñón dominaron a la perfección el arte de la coordinación en un repertorio de música clásica, que finalizaron con un tema a cuatro manos.
Hacia las 21:15 se produjo el clásico encendido de las velas tan característico de este festival, las cuales prendieron hasta medianoche, momento en el que tuvo lugar el gran final con el concierto conjunto de las seis agrupaciones musicales en la Plaza de Mayor.
