Nacido en Segovia y originario de Torrecilla del Pinar, Joaquín Barrio es un catedrático de Arqueología y Restauración – Conservación del Patrimonio Arqueológico, que ha participado en la restauración de las planchas de los famosos Grabados de Goya.
Además de este último trabajo, Barrio ha recibido innumerables premios por su labor profesional, siendo el último el el premio “Marqués de Lozoya” otorgado por el Centro Segoviano de Madrid, por su actividad cultural y en el Patrimonio. En este trabajo de restauración de las Planchas de Goya, Barrio ha sido clave debido a su experiencia en la restauración de metales.
Goya trabajó principalmente con dos técnicas de grabado: aguafuerte y aguatinta. El aguafuerte implicaba el uso de una placa de metal, generalmente cobre, en la que se grababa la imagen con ácido, creando surcos que luego se llenaban con tinta para imprimir. La aguatinta, por otro lado, permitía crear tonos más suaves y gradaciones de luz y sombra mediante el uso de resinas que protegían partes de la placa del ácido.
Goya trabajaba directamente sobre planchas de metal para realizar sus grabados. Estas planchas eran preparadas meticulosamente, cubriéndolas con una capa de barniz que luego era raspada o incisa para revelar el metal en las áreas que se querían grabar.
Una vez grabada la imagen, la plancha se sumergía en ácido que atacaba el metal, creando las líneas y tonos deseados.
Estas planchas, con el paso del tiempo y el uso repetido, se desgastaban, lo que a menudo llevaba a que las impresiones fueran diferentes entre sí, añadiendo así un elemento de singularidad a cada ejemplar.
Sin embargo estos desgastes causados por el tiempo y los metales usados a lo largo de la historia para conservarlas realmente han ocasionado una grave corrosión de la que varios entendidos se hicieron voz el pasado 2021, cuando comenzó la restauración de estas planchas.

Búsqueda de la restauración
El proyecto, iniciado en 2021 por el académico Juan Bordes, su gran impulsor hasta el final, buscaba restauradores especializados en metales para tratar las planchas que estaban empezando a corroerse.
Joaquín Barrio, catedrático de Arqueología y Restauración de la UAM, experto en restauración, relata que tras una visita a la academia se constató que algunas planchas, como las del “Los Desastres” o “Los Caprichos” estaban ya en proceso de corrosión.
Las planchas originales de Goya estaban hechas de cobre, pero con el tiempo, la academia en su momento decidió recubrirlas con hierro para evitar la corrosión y prolongar su vida útil. Sin embargo, este recubrimiento acababa dañando las planchas de cobre, lo que planteaba un dilema en su restauración.
Un análisis más detallado reveló que el tratamiento había dejado residuos de corrosión, lo que puso en peligro la integridad de las obras.
Ante este descubrimiento, se convocó una reunión en la Academia, en la que participaron diversas instituciones y expertos en restauración. Se invitó a una restauradora Lucia Ghedin del ISTITUTO CENTRALE PER LA GRAFICA de Roma especializada en metales para dar una conferencia sobre el procedimiento de restauración que se había seguido hasta el momento.

Italia la salvadora
Joaquín Barrio propuso acudir a Italia junto con Juan Bordes, donde los restauradores habían tenido que enfrentarse a un problema de corrosión similar al comunicado por la Calcografía de Roma cuando presenta sus conclusiones sobre los trabajos que realiza en las planchas de Giovanni Battista Piranesi y de ahí en adelante los que acudieron conocieron la técnica empleada para recuperar las obras.
A finales del año 2021, se estableció un procedimiento para eliminar el recubrimiento de acero de las planchas de Goya y prevenir la corrosión. La restauración comenzó con la participación exclusiva de la restauradora de la Academia y una universitaria de la Universidad Autónoma de Madrid (SECYR-UAM) en el proceso de evaluación de la restauración formada en el proceso.

Comienza el proceso
Durante este período, en el Museo del Prado se realizaron mediciones de las deposiciones de las planchas utilizando un equipo de fluorescencia de rayos X para determinar su composición química. Se adquirió por la UAM un nuevo equipo de análisis técnico para medir los espesores de las planchas y entender cuánto acero se había depositado en cada una.
Se llevaron a cabo análisis microscópicos para asegurarse de que no quedaran restos de acero ni níquel, lo que podría causar problemas de corrosión en el futuro.
El proceso de restauración implicó sumergir las planchas en una disolución química llamada EDTA al 6%. Cuando aparecían restos de deposición, se cambiaba la disolución y se reiniciaba el proceso. Sin embargo, persiste uproblema con las planchas cromadas porque aún no hay definido un proceso de restauración.

Cómo funciona
El enfoque principal fue eliminar las planchas que tenían níquel y hierro, mientras se conservaban las que tenían una relación menos alterada. Se está llevando a cabo una investigación adicional para optimizar el proceso y minimizar la pérdida de cobre durante la restauración.
“Actualmente, estamos en la fase final de la investigación del protocolo de procedimiento. Sin duda, las demás academias del mundo que tienen placas en condiciones similares se enfrentan al mismo desafío. Con el paso del tiempo, estas placas se deterioran cada vez más” comenta Joaquín Barrio, quien se encarga de dirigir esta investigación sobre el protocolo de procedimiento importado de italia.
Con este proceso, se espera contar con una colección muy importante de planchas de Goya en su estado original. Barrio destaca que “es lamentable que algunas estén cromadas y no se pueda ver cómo es la plancha original. Sin embargo, con este procedimiento, se ha recuperado la visión de las planchas tal como las hizo Goya”.
También se está considerando la idea de aplicarlo a otras series de planchas que podrían tener el mismo problema.
Barrio destaca la idea principal que es “ que se restaure la pieza original tal como la concibió Goya”. Además, al eliminar las capas adicionales, la visión del grabado lineal se vuelve mucho más nítida.
“La restauración no se trata de experimentar, sino de comprobar con el paso del tiempo si el resultado sigue siendo efectivo” añade Barrio. “Se comprobó que todas las planchas restauradas hace 20 o 25 años estaban en perfectas condiciones”.

Las diferencias entre las planchas
Como explica Barrio, las nuevas planchas pueden fomentar el poder obserbar cómo fueron diseñadas por e artista español.
En estas dos imagenes se puede apreciar el proceso al que se le ha sometido al metal que ayuda a recuperar el color y la forma que Goya le dio desde el primer momento de su creación y a la que no se ha podido acceder debido al baño que le dio la real academia para mantenerlo más en el tiempo aunque esta causando mayor corrosión.
Cuando se exponen
Desde marzo y hasta mayo de 2024, Madrid acogerá una exposición en la que el objetivo será conectar al Goya grabador con el Goya pintor y viceversa y en la que estarán las planchas ya restauradas de las series Los Caprichos, Los Disparates y Los Desastres.
En el Museo Goya de Zaragoza tendrán lugar tres exposiciones en las que se ahondará en cada una de las series en los años 2025, 2026 y 2027, antes de afrontar el que será el gran año de Goya, 2028, con motivo del segundo centenario de su muerte.
El Museo Goya de Fundación Ibercaja es el único museo que expone de manera permanente las series completas de Grabados desde 1775 hasta 1828 y puede visitarse en los horarios que comunica el centro.
