La avenida Padre Claret, una de las arterias más transitadas de Segovia y puerta directa hacia el Acueducto, lleva bastante más de una década atrapada en un bucle de obras, parches y remodelaciones que, lejos de resolver los problemas estructurales, parecen perpetuar el malestar de vecinos, empresas y usuarios.
El último episodio, iniciado en verano de 2025, acumula críticas por su ejecución, los daños colaterales al comercio local y la certeza de que no será la intervención definitiva.

La voz de los afectados no tarda en hacerse oír. Raúl González y su hermano, que regentan la gasolinera que se encuentra en el centro de la avenida, señalan como primer foco de fricción de esta nueva reforma una pequeña isleta de entrada situada al inicio de la vía, en su margen margen derecha según se asciende, que da acceso al parking del Hotel Acueducto y a su estación de servicio. Mide unos diez metros de largo por dos de ancho, pero su estrechez y altura provocan maniobras complicadas y, en algunos casos, algún que otro rozón en los bajos de los vehículos. “Es un obstáculo que no facilita nada la entrada; al contrario, genera problemas”, afirman.
Cansancio y escepticismo
Los problemas no se han limitado al diseño, sino también a una cierta falta de planificación ya que durante la ejecución de la obra actual, la falta de adoquines en un momento determinado obligó a parar los trabajos, ciertamente durante no mucho tiempo, pero dando una sensación de improvisación y a la percepción de que cada intervención en Padre Claret se eterniza más de lo necesario.
La isleta construida para favorecer el acceso al párking y la gasolinera, de diez metros de largo por dos de ancho, provoca no pocos problemas de entrada a los vehículos
El cansancio de quienes llevan años soportando los efectos de las obras se traduce también en escepticismo sobre el coste acumulado de los trabajos. Raúl y su hermano especulan que la suma de todas las remodelaciones —incluyendo grandes adjudicaciones y trabajos menores realizados por operarios municipales— podría rondar los dos millones de euros.
Lo cierto es que, desde la primera remodelación tras la inauguración del parking subterráneo en 2010, la avenida ha sido objeto de, al menos, una decena de intervenciones significativas. Según datos recabados, el gasto adjudicado en obras principales desde 2019 hasta 2025 asciende a 328.246,68 euros. Si se suman estimaciones para años sin datos concretos —a razón de 35.000 euros por ejercicio—, el total estimado supera el medio millón de euros. Y eso sin contar el impacto económico indirecto sobre la actividad empresarial.
Consecuencias
Más allá de las cifras, las consecuencias para quienes trabajan en Padre Claret son contundentes. En una reunión mantenida con el concejal José Luis Horcajo, empresarios de la zona expusieron sus quejas, que sin duda van más allá del corto plazo, porque los dos hoteles que se ubican en la avenida, si bien aguantan en lo que se refiere a las reservas de habitaciones, sí han recibido reseñas centradas en las dificultades de acceso, que dejan una publicidad muy negativa que permanece en internet y afecta a largo plazo.
En el caso de la gasolinera, el cálculo es directo: cada vez que hay obras en la avenida, la facturación se reduce en un 60 por ciento. Un golpe económico considerable, repetido obra tras obra, y sin que el Ayuntamiento haya ofrecido compensaciones fiscales ni bonificaciones por los perjuicios sufridos.
La previsión de que la actual intervención concluya el 19 de septiembre puede verse alterada por el retorno a los colegios el día 7, lo que provocará el aumento del tráfico
Sin ir más lejos, en la gasolinera se han visto obligados a despedir a varios de sus trabajadores, y modificar los horarios de servicio. Hay que adaptarse a los nuevos tiempos, que no son demasiado halagüeños al menos en el corto plazo.
Valga como dato que, durante la conversación mantenida con los representantes de la estación de servicio que se prolongó durante media hora con la ‘música’ de la radial sonando con fuerza, tan sólo repostaron en la gasolinera dos vehículos, “y uno de ellos porque es de una empresa que tiene la cuenta con nosotros, así que viene ‘obligado’ a repostar aquí. Nosotros nos estamos sujetando gracias a los clientes habituales y a las cuentas que tenemos abiertas”, señalan los responsables de la estación de servicio.
Tampoco será la última
La previsión es que la actual intervención concluya el 19 de septiembre, o incluso antes teniendo en cuenta el inicio del curso escolar que provocará un aumento de los desplazamientos, aunque ni empresarios ni vecinos lo vean claro. “No creemos que terminen en esa fecha”, comentan los afectados, que ya asumen que la presente no será la última actuación.

Porque desde la perspectiva de los empresarios, el asunto del arreglo de la avenida Padre Claret es claro: “Somos conscientes de que esta obra no será la definitiva”, aseguran. Y con cada actuación, crece la sensación es que el dinero invertido en el arreglo eterno de la avenida podría destinarse a otras vías de la ciudad igualmente necesitadas de reforma, como las calle San Agustín, Cronista Lecea o Colón, “ya que a partir del edificio de la Diputación Provincial el pavimento está muy deteriorado”.
Para los próximos presupuestos
La avenida Padre Claret está enclavada en el área de protección del Acueducto de Segovia —Bien de Interés Cultural (BIC)—, ha vivido durante décadas condicionada por una exigencia normativa estricta, ya que cualquier obra sobre su pavimento necesitaba el visto bueno preceptivo y vinculante de la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León.
Ese marco ha cambiado de forma sustancial con la entrada en vigor de la Ley 7/2024, de 20 de junio, de Patrimonio Cultural de Castilla y León. La clave del nuevo escenario se llama PEAHIS, el Plan Especial de Áreas Históricas de Segovia, que fija criterios de intervención en el área monumental y en sus entornos de protección, incluyendo de manera expresa el trazado urbano por el que discurre Padre Claret.
La nueva legislación permite que, cuando existe un plan especial aprobado con informe favorable y la intervención se ajusta de manera expresa a lo previsto en él, ya no sea necesario solicitar el informe previo de la Comisión Territorial. En términos prácticos, si el Ayuntamiento plantea una obra en Padre Claret que respete el material, diseño y ejecución establecidos por el PEAHIS, la decisión pasa a ser de competencia municipal.
Si se plantea una obra que respete el material, diseño y ejecución establecidos por el PEAHIS, la decisión pasa a ser de competencia municipal
Este cambio otorga una mayor autonomía, aunque mantiene las condiciones técnicas y patrimoniales fijadas por el plan. En el caso de Padre Claret, la situación es ciertamente compleja, ya que el adoquín, afectado por el intenso tráfico y el paso constante de autobuses, se levanta y se desplaza generando baches y obligando a reparaciones recurrentes. El asfalto convencional, por su parte, choca con las exigencias estéticas de un entorno protegido.
En este contexto, el Ayuntamiento ha valorado positivamente el uso de asfalto estampado, un material que combina la resistencia del asfalto con una superficie que imita el adoquín, pigmentable en tonos similares a la piedra natural. Aunque inédito en este tipo de intervenciones en Segovia, el informe técnico municipal señala que cumple con los parámetros del PEAHIS y preserva la integridad visual del entorno, siempre que la comisión de seguimiento del plan confirme su adecuación.
Aunque ya no es obligatorio, el Consistorio ya señaló que no descarta remitir el proyecto a la Comisión de Patrimonio para recabar un informe de asesoramiento. La intención es incorporar la solución definitiva, posiblemente con este nuevo material, en el marco de los próximos presupuestos.
