Otro año que la pandemia nos deja sin encierros, tras ese 2020 fatídico, todos los festejos de Cuéllar se suspendieron debido a la grave situación que atravesábamos, pero todos confiábamos en las palabras de nuestros gobernantes, los cuales aseguraban que al año siguiente todo volvería a esa ‘nueva normalidad’. Llegando estas fechas, de nuevo, nuestro sentimiento como cuellaranos se ve limitado sin poder disfrutar de nuestros tradicionales encierros.
Un atisbo de esperanza nos queda con el cartel de festejos taurinos que podremos celebrar, pero del resto de oferta de ocio, poca esperanza nos genera, debido a la programación ya publicada y las diversas contradicciones en base a las posibles restricciones que pueden imponer llegando a la fecha de nuestro año nuevo cuellarano.
Con esta programación no se causa otra reacción más que una espantada generalizada tanto de vecinos de la villa, que cambian de plan vacacional al observarla, como del resto de personas que podrían acudir en estas fechas a nuestra villa a disfrutar de nuestros ‘toros’ y que, posiblemente, ya no van a visitar, con el grave perjuicio que eso supone para nuestro comercio y hostelería: otro año más, se ve perjudicado y cada vez más ahogado económicamente, sin que se publique otras medidas mas beneficiosas para nuestros vecinos.
