Como en aquellas tardes tan añoradas como necesarias, en Fuenterrebollo, cada jueves, cuando las campanas del reloj de su ermita de San Roque dan las seis sus vecinas, con labor y silla en mano, acuden a la Plaza de la Fuente de la localidad para compartir una tarde de labores como las de antes.
El sonido de los bolillos al cruzar los hilos del mundillo de las encajeras y el de las ajugas que continúan con el bordado de punto segoviano, se juntan con el del pincel que marca los últimos detalles del paisaje castellano reflejado en el cuadro y con el del movimiento del barro para elaborar piezas en cerámica. Son algunos de los sonidos que salen de las manos de las mujeres de Fuenterrebollo que se dan cita en las mesas instaladas a la sombra del jardín del pozo de agua para tratar de acortar la distancia impuesta por la Covid-19 compartiendo puntos, habilidades y destrezas artesanales de toda la vida.
La actividad, que está promovida por el Ayuntamiento de la localidad, y que está teniendo muy buena acogida entre el vecindario, está cumpliendo el objetivo de dinamización social y cultural que se marcó cuando se puso en marcha a principios de este mes de agosto.
