Los niños que estudian en el colegio Agapito Marazuela cuentan, desde hace semanas, con una parcela ‘del judión’ que les han cedido para que aprendan a cultivar un huerto y, desde ahora, ya tiene su propio cartel informativo para que todo el que pase por allí sepa ubicarla.
Un restaurador local, Juan del Viso, ha sido el encargado de realizarlo, a base de madera de pino silvestre de Valsaín, letras grabadas y pinturas, con acabado en aceite. Lleva pintadas distintas hortalizas de colores “para que lo significara, que se viese que esa huerta pertenece a los niños”, explica el artista. Mide 1,35 metros por 60 centímetros y está a más de dos metros de altura.
“Es una ‘talla dulce’ porque el grabado no es flojo, ni muy fuerte. Además he usado la policromía para darle más alegría”, explica orgulloso del Viso, quien reconoce que “me ha hecho mucha ilusión que me lo pidieran a mí y me parece muy bien que a los niños les enseñen a cultivar porque es muy importante desde el punto de vista ecológico”, destaca.
Juan del Viso se dedica a restaurar muebles en su taller de La Granja, un trabajo que realiza desde hace más de 25 años.
Su último trabajo está siendo una sillería ‘thonet’; un estilo de sillas ideadas para la Exposición Universal de París de 1929.
Sencilla y resistente
“Es una silla muy sencilla, de madera curvada que tuvo mucho éxito en los cafés de Austria y centro-Europa”, relata del Viso, quien asegura que “siguen muy vigentes tanto por su diseño como por su aspecto constructivo, ya que su forma parece frágil por su forma sólo de tornillos, sin ensamble”. “Parece muy frágil y ligera”, desvela el restaurador, “pero en realidad son muy resistentes”.
Estas sillas, en concreto, datan de mediados de 1920 e incluso llevan su sello de autenticidad de Austria. Pertenecen a un particular madrileño que le encargó su restauración.
Además, este artista granjeño, también trabaja rehabilitando retablos y arte religioso.
