No cabe duda de que una de las mayores preocupaciones a nivel económico que estamos teniendo en la actualidad es la subida de los aranceles que Donald Trump ha aplicado a los productos que se vendan a Estados Unidos. Una subida que, en el caso de España y la Unión Europea, asciende al 20%, lo que podría desencadenar en un encarecimiento de ciertos productos. Hasta dónde pueden llegar las consecuencias de todo esto es algo que todavía está por verse, pero lo que sí que es cierto es que el comercio se ha sumido en un estado de incertidumbre. Y la provincia de Segovia no es una excepción.
Bien es cierto que Estados Unidos no se encuentra entre los países a los que más exportan las empresas de la provincia. Tan solo el 5% de los productos fabricados en el territorio van a parar al país norteamericano, siendo estos principalmente maquinarias, productos hortofrutícolas y agroalimentarios, y cauchos y derivados del caucho. Todo ello se traduce en 47,2 millones de euros al año de los 821 en total de exportaciones, tal y como afirmaba María José Tapia, presidenta de la Cámara de Comercio de Segovia, en Radio Nacional de España, donde también aseguró que una posible consecuencia de la subida de los aranceles podría que Segovia exporte un 15% menos a Estados Unidos. Esto, unido a los altos aranceles, causaría pérdidas millonarias en ventas.
POSIBLES CONSECUENCIAS
Ante las expectativas, las empresas segovianas se mantienen en alerta. Aunque no tanto por el impacto directo que los aranceles pueden tener para las empresas segovianas, sino por el indirecto. Así lo afirma Andrés Ortega, presidente de la Federación Empresarial Segoviana (FES): “Países como Francia o Alemania son a los que más exportamos y estos, a su vez, van a verse muy afectados por los aranceles”. A esto añade los sectores químicos y de automóviles, que serían de los más perjudicados, y la preocupación que hay ante lo que todo esto puede suponer para la economía a nivel mundial: “Ya hemos visto grandes bajadas en bolsa y se intuye que Estados Unidos puede caer en recesión, lo que puede hacer que a otros países les pase lo mismo”.

Esta situación, por supuesto, también afectaría a los consumidores, que sufrirían una irremediable subida del precio final del producto: “Al final esto es un efecto mariposa. Si las empresas segovianas, en este caso, tienen una pérdida de cifra en sus negocios, se va a ver resentida la economía”, explica María José Tapia. Un resentimiento que también podría acabar repercutiendo en el empleo, en un momento en el Segovia se encuentra en una situación de prácticamente pleno empleo, con tan solo un 9% de paro (la mejor cifra de España). Y es que, de hecho, tal y como lamenta Andrés Ortega, toda esta situación llega justo cuando la provincia disfrutaba de un “contexto económico bueno, con muy buenas expectativas para este año”.
¿CLIMA DE ALARMISMO?
Eso sí, pese a todo lo mal que pueda pintar el futuro a simple vista, lo cierto es que al final las consecuencias negativas de la subida de los aranceles podrían terminar siendo mínimas, especialmente para una provincia como Segovia. Así opina Luis Martín Bernardo, economista y decano de la sección de Segovia del Colegio de Economistas de Madrid: “En general, España no debería verse muy afectada, ya que la relación comercial con Estados Unidos y los aranceles, el comercio es relativamente bajo. Y en Segovia más aún”. Además, advierte que se está creando un clima de alarmismo en torno a esta situación: “Se está haciendo un mundo de algo que es relativo, sobre todo porque no hay nada determinado todavía. Estamos en un momento de incertidumbre, pero no de concreción”.
María José Tapia también ha querido calmar las aguas ante el nerviosismo que todo esto ha generado. Sobre todo, porque no es la primera vez que se da una situación parecida en los últimos años: “Tenemos que ser positivos porque durante el anterior mandato de Trump también se produjo una subida de aranceles bastante global. Eso afectó a muchas empresas de Segovia, pero se buscaron otras vías alternativas y la economía siguió creciendo”, asegura.

En este sentido, la presidenta de la Cámara de Comercio de Segovia declaraba que, si en aquella ocasión el empleo de la provincia pudo mantenerse, ahora tampoco debería tener problema: “Ahí ya no hablamos de Trump, sino de la situación que tenemos en Segovia. Y en la encuesta que hicimos en la Cámara de Comercio salió que hay cientos de vacantes. Teniendo en cuenta que estamos en una provincia con algo más de 12.000 empresas, pero que la gran mayoría tienen de 1 a 10 empleados, que haya cientos de vacantes, algunas con más de 10, es un dato importante. Por eso diría que pérdida de empleo diría que no va a haber”.
MINIMIZAR RIESGOS
Pese a todo, y como hombre precavido vale por dos, ya se están buscando medidas para minimizar al máximo el impacto que pueda tener la subida de aranceles, ya sea grande o pequeño. En ese sentido, la FES ya ha movido ficha convocando esta misma semana dos charlas para plantear distintos escenarios y opciones para intentar que nos afecte en la menor medida posible. La primera tuvo lugar ayer, con el mencionado Luis Martín Bernardo, quien, además de dar una lección del funcionamiento de la economía en materia de aranceles, dio algunos consejos a las empresas sobre cómo actuar a partir de ahora: “Ahí cada una tendrá que ver cuánto vende a Estados Unidos, cómo puede afectar el arancel en el precio y estimar si se va a tener una reducción de ventas. Y, en función de eso, dos alternativas: reducir la producción a la nueva cifra de ventas que se va a tener o buscar otros mercados donde colocar el producto que absorba la parte que se deja de vender en Estados Unidos”.
Pero, ¿qué alternativas hay? ¿Cuáles son esos otros mercados? Andrés Ortega da algunas pistas: “Nosotros recomendamos fijarnos en Latinoamérica, no solo porque resulta más fácil al hablar el mismo idioma, sino porque, además, tradicionalmente ha sido un lugar donde los españoles hemos generado negocio. Y más con el tratado Mercosur, que es bastante beneficioso. Es verdad que desde el sector agroindustrial hay algunos prejuicios que hay que revisar y valorar para que no afecte a nuestro campo, pero para el resto de industrias siempre es un buen destino. También debemos fijarnos en los países de la Unión Europea, donde tenemos un buen nicho de mercado y fijar nuestros objetivos en diversificar nuestras exportaciones”.
Además, las empresas segovianas se mantienen a la espera de las ayudas que puedan llegar desde las administraciones públicas, algo que podría empezar a vislumbrarse con la charla del viernes (a las 9:30), que tendrá como protagonista al viceconsejero de Economía y Competitividad de la Junta de Castilla y León, Carlos Martín Tobalina: “No solamente nos va a exponer su visión sobre los aranceles, sino que también nos va a hablar de esas ayudas que la Junta que va a poner sobre la mesa para que las empresas que gobiernan, se puedan acoger a ellas. Esperamos también para el viernes poder tener una idea clara de las ayudas que va a poner el gobierno central”, afirma Andrés Ortega.
Lo que sí pide el presidente de la FES, tanto a la Unión Europea como al Gobierno de España, es negociar en lugar de abrir una guerra arancelaria, una guerra comercial que “sin duda sería muchísimo peor para todos”, además de marcar muy bien la hoja de ruta en las negociaciones que se va a tener con Estados Unidos.
Pase lo que pase ahora, lo importante es que todos estén preparados para cualquier posible eventualidad. Y, al mismo tiempo, no caer en un alarmismo extremo. porque cuando se magnifica cualquier evento de este tipo, “se produce un periodo de incertidumbre como pasó con el COVID”, advierte Luis Martín Bernardo, quien concluye que “igual que hubo vida después de la pandemia, la habrá después de la subida de aranceles. Esto es como tirar una piedra a un lago en calma. Produce hondas, pero las aguas vuelven a estar en calma.
