El Teatro Español acoge, del 17 al 27 de mayo, una versión del clásico ‘Divinas Palabras’ de Valle-Inclán que, producida por el Centro Dramático Galego y dirigida por Xesús Ron —conocido como Xron— ambienta la historia en un “reality show” al estilo de Gran Hermano y recupera un texto de hace cien años con una crítica social que es “de una actualidad absoluta”.
“Es una auténtica barbaridad y temeridad”, expresó el director en rueda de prensa con motivo de la presentación de la pieza. Asimismo, adelantó que desde la compañía han trabajado con “un cuerpo que tiene cien años” haciendo de ello “algo monstruoso” para “los puristas de Valle-Inclán” pero que tiene también “mucha vida para los espectadores” y “toca al público”.
En este contexto, señaló que la pieza original está ambientada en una aldea gallega a principios de siglo XX y que aspiraban a que el cambio “que ha vivido el mundo en estos últimos años” se viera reflejado en la obra. “Queríamos que la brutalidad de la obra llegara al espectador de hoy en día”, dijo.
Debate generado
Para ello, destacó que “han eliminado cuestiones que podrían entorpecer el diálogo entre el espectador y la pieza” introduciendo un lenguaje coloquial, eliminando el costumbrismo, y cambiando “totalmente” el contexto para llegar a “una versión totalmente libre pero desde el respeto”, reviviendo un “duro y crudo retablo de avaricia, lujuria y muerte”.
“Es un espectáculo que tiene un aplauso frío, corto y duro, por que la gente lo último que quiere hacer es aplaudir lo que acaba de ver. Hay mucha gente que me ha llegado a decir que no podían aplaudir aunque les había encantado y que lo que querían era salir del teatro cuanto antes. Ha generado un debate, y eso es lo que queríamos conseguir”, añadió.
El montaje estará representado en gallego aunque con subtítulos, algo que la directora artística del Teatro Español, Carme Portaceli, defendió como una manera de “normalizar los cuatro idiomas que conviven en el país”.
De este modo, la obra de Valle-Inclán transcurría en localidades exteriores, plasmando una visión característica de Galicia en torno a la naturaleza salvaje, el misticismo y una cultura conectada con las traiciones, algo que a través de la nueva propuesta “han querido cuestionar”.
“Esa Galicia ya no existe. Esa aldea estará abandonada o invadida por numerosos edificios hechos de ladrillos, y el monte que la rodea está quemado. Hemos eliminado todo eso para que el público note esa ausencia, un traslado a un lugar sin identidad”, explicó Xron.
