Con arreglo a las costumbres dominantes dentro de cada época, Segovia ha estado paralizada en ese sentido, y no hay que remontarse varios años atrás, sino a los inmediatamente seguidos al final de la desgraciada guerra civil, es decir a partir de 1939.
A pesar de la escasez de alimentos y de vestuario, poco a poco los medios de ocio fueron creciendo, aunque lentamente, y empezaron a funcionar bailes públicos, con asistencia preferentemente de soldados que cumplían el servicio militar en el Regimiento número 41 y en la Academia, y de muchachas de servicio, de las que entonces había muchas, en buen número procedentes de la provincia.
El café Columba, bajo la terraza del mismo nombre en el Azoguejo, ofrecía actuaciones más “ligeras”, aparte de su función de gran café con sofás de terciopelo rojo y mesas de mármol, con servicio de buenos camareros y por las tardes, el encargado de servir café seguido del portador de la leche eran los protagonistas.
También en la Casa de los Picos funcionaba una sociedad, el Casino Mercantil, que celebraba bailes y otras fiestas.
En este lugar, al crearse Educación y Descanso, la Organización Sindical organizaba exposiciones y conferencias y sesiones de la serie “Palabras”, una revista oral con intervención de poetas y escritores locales y forasteros.
Aparte no se puede olvidar la gran actividad que desarrollaba el Casino de la Unión, con participación de cadetes de la Academia de Artillería, pues eran muchos socios y de allí salieron varios matrimonios.
También “Ketama” era un café muy concurrido en la plaza del Corpus, y La Suiza en la Plaza Mayor.
El teatro Cervantes fue un icono en Segovia de espectáculos teatrales. Para ello fue creado, sin que nadie pensara entonces en el caprichoso desgraciado final que ha tenido. No ha sabido ampararle ni el mismo Ministerio de Educación (y adiós definitivo a su precioso y artístico decorado en su amplio techo).
Durante años fue escenario para grupos locales, y mantuvo presentación de comedias, sobre todo zarzuelas como principal atracción. Recuerdo que durante varios días hubo representaciones del género chico por partida doble, es decir una de tarde y otra de noche.
Luego llegó el cine, ampliado después con la pantalla de Cinemascope, y proyectándose las más famosas películas del momento:” Lo que el viento se llevó”, “Jesucristo Superstar” y amplias series de los más famosos films del Oeste, sin olvidar al gordo y al flaco en sus mejores producciones.
También la música fue protagonista por parte de la Filarmónica y orquestas locales; la amplia y larga escalinata del teatro, desde las taquillas hasta el vestíbulo superior, era muchas veces cubierta por colas de tres y cuatro filas para solicitar las entradas abajo. Amplias carteleras anunciaban los espectáculos.
El teatro Juan Bravo siguió líneas paralelas, actuando en él las más famosas compañías con grandes actrices y actores. Y es que la mayoría de las compañías, al terminar de actuar en Madrid, iniciaban o terminaban aquí sus giras, sin que faltase la Ópera.
También había espectáculos al aire libre, además de los Festivales de España (la mayoría en el enlosado de la Catedral) dado que nacieron aquí en el 1930 impulsados por el actor y director Luis Escobar y animados por Dionisio Ridruejo.
La primera representación fue el Auto Sacramental “El hospital de los locos” de José de Valdivieso, en el que participó incluso el Cabildo catedralicio.
En el enlosado se montaba un graderío para 2000 personas y se llenaba siempre.
La juventud se reunía por las tardes en la Plaza Mayor para ir y volver muchas veces por la acera del Ayuntamiento. Se tomaban de vez en cuando un vino tinto en alguna de las tascas inmediatas.
Los domingos por la mañana y jueves por la tarde daba conciertos la laureada banda de música de la Academia de Artillería, empezando y terminando con un pasodoble y,en medio, zarzuela y alguna popular sinfonía.
¡Qué tiempos para olvidar!
OTRA “DIVERSIÓN” MAS SERIA.
Como estamos a muy poquitos días de elecciones, se siguen buscando votos y el Ayuntamiento acaba de anunciar la inversión de casi medio millón de euros para peñas y asociaciones, para conservación de espacios verdes ¡Y para un parque infantil en Revenga!
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