El confinamiento está siendo complicado para todos, pero si hay un colectivo que lo sufre de manera especial es el de los deportistas de élite. En Cuéllar, Marina Muñoz y Ángela García, atletas que han conquistado podios a nivel nacional en triatlón, duatlón y atletismo, realizan a diario sus rigurosos entrenamientos, tanto en gimnasio como al aire libre. Las instalaciones deportivas como pistas de atletismo y piscina son sus espacios normalmente, pero el confinamiento lo ha cambiado todo.
Ángela se encontraba en León cuando, al suspender las clases y antes de comenzar todo, decidió volver a casa, a Cuéllar. Así empezó el reto que se les planteaba: no perder la forma física a pesar de no poder entrenar en los lugares habituales. Ángela cuenta que está siendo complicado pero ha logrado, junto a sus compañeros de León, trazar unas rutinas que suplan las carencias de espacio y material. Así, realiza dos entrenamientos de fuerza; “lo más práctico es coger una barra y colgarle peso a los lados, ya sean garrafas de agua o cubos con piedras”, comenta la atleta. Para suplir la parte de resistencia aeróbica de su entrenamiento, que sería tiempo de salir a correr o montar en bicicleta, optan por la bici pero dentro de casa: el rodillo está siendo su salvación y la de muchos. Otra parte complicada de sustituir es la de las series de 100 o 200 metros que realizan en pista; no es lo mismo pero subir y bajar la escalera de casa se asemeja. También utiliza mucho las gomas, ya sea con su propio cuerpo o ayudándose incluso de los árboles de su jardín: le sirven para hacer ejercicios de fuerza. Igualmente, realiza sesiones de core y su garaje es una pista improvisada en la que aprovechar 50 metros para hacer algo de técnica que combina de nuevo con escalera. La idea es hacer entrenamientos compensados y “aguantar lo máximo posible”. Así están pensando y actuando los atletas, asemejando lo posible los entrenamientos a los reales y con un claro objetivo “perder la menos forma posible”. Con todo el calendario de competiciones suspendido y sin noticias de la Federación de Atletismo, sin saber si se pospondrá a agosto o comenzará la nueva temporada en septiembre directamente, Ángela veía inviable frenar: “no podemos parar hasta septiembre, hemos decidido seguir para mantenernos”. Ángela hubiera disputado el Campeonato de Atletismo de España Universitario en Valladolid, el Sub-23 en Sevilla, el de pista al aire libre de Getafe y las Ligas Universitarias de León, donde se hubiera medido con división de honor, pero no ha podido ser. Eso sí, en casa cuenta con acompañantes de lujo, porque los entrenamientos los realiza con su madre y su hermano.
A Marina Muñoz, la triatleta cuellarana en las filas del Triatlón Soria, le ocurre lo mismo en cuanto a entrenamientos. Ha montado su “minigimnasio” en el desván. Las garrafas, las sillas, la comba, las escaleras y el rodillo son sus herramientas ahora, y procura ejercitar mucho los brazos con gomas y pesas. La piscina se suple con la bici en el rodillo y le siguen ejercicios como abdominales, sentadillas y todo lo que pueda parecerse a sus exigentes entrenamientos, a sabiendas de que es casi imposible igualarlos. Le dedica intervalos separados que suman casi dos horas diarias. La dieta no la vigila en exceso; “no te mueves ni la mitad que antes, el cuerpo no te pide lo mismo”. Marina ya tenía al público cuellarano pendiente del Campeonato de España de Duatlón que se hubiera celebrado el pasado 4 de abril, donde hubiera cosechado éxito seguro. No sabe qué le depara el calendario a la espera de noticias de la Federación de Triatlón, pero su obejtivo es el mismo que el de su compañera Ángela: mantener la forma, y también la mente, porque para ellas esto es una forma de vida difícil de abandonar de repente.
Ambas, ansiosas de que dejen “al menos salir a correr”, como explica Marina, continúan con sus artilugios que simulan un gimnasio y ayudan a no perder la forma. Para la triatleta, se plantea el dilema de si abrirán las piscinas pronto, pero ya tiene sustitución en caso negativo: aguas abiertas, el Pisuerga, si es posible. Mientras el confinamiento continúa para todos, ellas siguen sumando kilómetros aunque no se muevan del sitio, para volver a repartir alegrías entre su afición y que no cesen los éxitos.

