Llega la época de verano y la mayoría de jóvenes estudiantes ven la oportunidad perfecta para sacar el carné de conducir ya que disponen de más tiempo, hay una menor densidad de tráfico para esta época y las condiciones meteorológicas son más favorables. Pero estas tendencias han cambiado en los últimos años ya que el sector de las autoescuelas no ha sido ajeno a todas las repercusiones que causó la pandemia y ahora la crisis económica y el alza del precio de la gasolina.
Aunque las autoescuelas de Segovia aseguran que tienen bastante trabajo acumulado, señalan que después del verano la actividad va a ser más baja que en años anteriores. Especialmente si comparan la actividad que hubo en 2020, ya que después de los tres meses de confinamiento, el 8 de junio de ese año la mayoría de industrias reactivaron sus actividades, en el caso de las autoescuelas se dieron cuenta de todos los trámites acumulados que tenían y la gran cantidad de nuevas matriculas que llegarían.
Esto se refleja en los últimos datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), que afirman que el mes de julio de 2020 fue en el que más expediciones de permisos se realizaron en ese año, con un total de 72.870 autorizaciones de conducción, de las cuales 52.727 correspondieron al permiso tipo B, el más demandado entre ciudadanos.
El verano del año pasado también tuvo buenas cifras de matriculación, incluso superó la cifra de los exámenes prácticos realizados en 2020, con un total de 1.224.447 pruebas prácticas.
Todo esto se dio mientras las autoescuelas adaptaban su forma de trabajo debido a las medidas de sanidad, teniendo que usar mascarillas, desinfectar el vehículo después de cada práctica y en algunos casos usar guantes para conducir. Por eso se ralentizaron los procesos de examinación y disminuyeron los cupos para hacer las clases prácticas y teóricas, pero la matrícula estival se mantuvo al alza el año pasado.
La presidenta de la Asociación provincial de Autoescuelas de Segovia, Irene Herranz, asegura que hay una gran necesidad de que se incluya otro examinador en la plantilla, ya que “a pesar de que la espera para presentar exámenes ha mejorado, se sigue notando la necesidad de dos plazas más de examinadores, porque cuando hemos tenido un interino hemos estado mejor y la capacidad de examen no se ve afectada”.
Aunque Herranz resalta que este año no han sufrido los retrasos para agendar un examen, que sí tuvieron los dos años anteriores, enfatiza que la plantilla no está completa, resaltando que la jefatura de Tráfico en Segovia no cierra, con lo cual es necesario ampliar la plantilla para cubrir bajas y vacaciones.
Este 2022 la situación ha cambiado completamente, no solo hay menos medidas de sanidad, logrando que las clases vuelvan a ser presenciales en su totalidad y que las colas de espera para realizar los exámenes sean menores. Pero para sorpresa de muchos las matriculaciones para cursos de conducción de este año no han sido tan altas como en otras temporadas estivales.
Un verano diferente
Varios directores de autoescuelas aseguran que ahora sacarse el carné en verano no es el principal objetivo de los jóvenes y que cada vez más lo hacen durante el curso académico. “Aunque los meses de verano suelen ser una fecha de mayor matriculación cada vez se está igualando más a lo largo del año”, asegura Herranz.
“En comparación con el año pasado o el 2020, no ha sido el ‘boom’ de lo que fue. En lo que va de las matrículas para este verano son pocas con respecto a los otros dos”, comenta el director de la autoescuela Lisardo. La razón de estas bajas puede ser por distintos motivos. Para Rubén Gómez, director de la autoescuela Avenida, son dos las principales causas: “una de las razones fundamentales es la crisis económica que estamos atravesando”, pero también “los jóvenes de 18 años tampoco tienen una gran ilusión en sacarse el permiso de conducir como en años pasados, creo que sus prioridades son otras en el verano”, indica Gómez.
Además, Gómez asegura que con respecto a la lista de espera la situación ha mejorado un poco, pero todavía su autoescuela tiene arrastres de la pandemia. “Muchos alumnos el año pasado optaron solo por sacarse el teórico y este año tienen que acudir a las clases prácticas y eso genera una acumulación y retraso con respecto a los que se quieren presentar este año”.
En el caso de la autoescuela Lisardo, también ha notado un leve descenso en la espera, pero enfatiza en que todavía se están recuperando del parón de la pandemia, pero lo que más les ha ayudado es la gran demanda de trabajo. “Hemos tenido incluso más trabajo que antes de la pandemia, esto nos ha fortalecido”, afirma. Por eso temen el descenso de matrículas que se está viendo.
En el caso de la autoescuela Santacolumba no se vieron tan afectados tras la pandemia, “más bien la matriculación fue muy normal incluso superior a años previos”, por ello Herranz afirma que este año sí se está notando el bajón. “No sé si es porque las personas han decidido invertir este dinero en otras actividades o es que con la inflación el presupuesto no llega para cubrir estos gastos”, concluye Herranz.
La subida del carburante
El principal enemigo de este año es la subida de los precios, entre ellos del carburante ya que se pronostica que puede llegar a los tres euros. Con lo cual, no solo particulares se ven afectados, sino también varias industrias como ésta. “Nos está afectando muchísimo esta subida de precio, especialmente porque en épocas de verano, cuando más jóvenes se inscriben y solemos hacer promociones para incentivar la matriculación, ahora nos ha tocado subir el precio de las clases”, continua Lisardo Velasco, que en su caso ha subido solo un poco el precio de sus clases por primera vez en 10 años de funcionamiento.
Algo muy parecido le sucede a la autoescuela Avenida que lleva funcionando desde hace más de cuarenta años y hace veinte que no cambiaban su precios, pero con el panorama actual, “hemos tenido que subir algo las clases prácticas, pero no en proporción con lo que ha subido el gasóleo”, comenta Gómez, al igual que asegura que solo han subido menos del 5% el precio de sus clases.
Herranz también afirma que los precios en la factura de gasolina de su autoescuela han aumentado el doble estos meses. “En nuestro sector se está notando muchísimo, porque nuestro trabajo es en el vehículo y estamos todo el día en movimiento”. Además Irene Herranz asegura que han pedido ayudas al Gobierno “y no se nos considera un sector a conceder ayudas más que los veinte céntimos que se les da a todo el mundo y tendremos que acomodar nuestros precios, porque se está volviendo insostenible”.
Pero afirma que estas subidas en los precios de las clases siguen sin ser suficientes para afrontar la subida del gasóleo. Por ahora solo pueden ver hasta donde aguantan.
En definitiva, las autoescuelas desde hace un par de años viven del día a día y han visto cómo cada año las matrículas varían de forma abismal. Por ahora lo único que tienen seguro es que “los jóvenes que no sacan ahora lo harán en un futuro cercano”, señala Herranz.
Por ahora lo que más preocupa a las autoescuelas es la crisis que se avecina este otoño, porque según Herranz “nuestro servicio es algo esencial en un determinado momento, pero otras veces es un servicio que la gente necesita, pero no a corto plazo y deciden esperar a ver si mejoran los tiempos”.
