Las arrugas que se observan en las diferentes capas de la retina pueden ser un nuevo biomarcador que informe sobre el desarrollo de alzhéimer, según comprobó un equipo de científicos, que diseñó un método matemático para medirlo.
Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y del Hospital Clínico San Carlos pusieron en marcha un estudio hace seis años y desarrollaron programas informáticos que les permitieron separar cada capa de la retina y ahora publican los resultados.
El trabajo resulta “innovador” en tres aspectos. “Es el primero en plantear el estudio de la rugosidad de la retina y de sus diez capas; diseñó un método matemático para medir el grado de arrugamiento; y descubrió que en algunas capas estas medidas indican que su arrugamiento se inicia en etapas muy tempranas de la enfermedad”, afirman los investigadores.
